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La zona de España con playas de agua cristalina que es una joya: tiene una de las pocas cascadas de Europa que desemboca en el mar
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UN LUGAR ÚNICO EN ESPAÑA

La zona de España con playas de agua cristalina que es una joya: tiene una de las pocas cascadas de Europa que desemboca en el mar

Se trata de un lugar espectacular para disfrutar de la naturaleza y de unas playas únicas de arena blanca y agua cristalina, ideales para disfrutar de un chapuzón en verano

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Paisajes esculpidos por leyendas, aguas turquesas, arena blanca y un monte sagrado. En la costa gallega, donde el Atlántico golpea con fuerza los acantilados de la Costa da Morte, hay un rincón que se ha mantenido ajeno al turismo masivo y que esconde una de las joyas naturales más singulares de Europa: una cascada que desemboca directamente en el mar.

Ese lugar es O Pindo, un pueblo marinero encajado entre el monte que le da nombre y las aguas tranquilas de una ensenada. Su encanto va mucho más allá de la estampa típica de un puerto gallego. En este lugar confluyen historias celtas, paisajes de fantasía y una conexión única con la naturaleza que lo convierten en uno de los destinos más especiales del norte peninsular.

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(Fuente: iStock)

El Monte Pindo, también conocido como el “Olimpo Celta”, se alza con su característico color rosado hasta los 627 metros de altitud. Esta mole granítica ha sido, durante siglos, lugar de culto para los pueblos prerromanos, que atribuían a sus piedras propiedades mágicas. Las formas de las rocas, redondeadas y a menudo con siluetas que recuerdan a animales, parecen esculpidas por fuerzas sobrenaturales.

A sus pies, O Pindo respira tranquilidad. El pueblo, con su pequeño puerto protegido por la península natural que forma la ensenada, conserva la autenticidad de las aldeas marineras gallegas. Desde aquí se accede a la playa de San Pedro, un arenal de belleza singular: su arena blanca y fina junto a la escasa profundidad del agua genera un efecto visual único, en el que el mar parece una piscina infinita.

A pocos kilómetros de O Pindo, el espectáculo natural es increíble. El río Xallas, tras recorrer la comarca de Dumbría de norte a sur, se precipita al Atlántico formando una cascada de 40 metros de altura. La Fervenza do Ézaro es el único caso documentado en Europa donde un río desemboca en el mar en forma de salto de agua.

Foto: El pueblo de León que tiene un árbol milenario. (Montaña de Riaño)

Este fenómeno, que durante años solo se activaba en fechas señaladas, puede contemplarse hoy los 365 días del año. Y si la visión diurna ya impresiona, la nocturna lo eleva a otro nivel. Entre junio y septiembre, todos los sábados y vísperas de festivo, la cascada se ilumina de 23:00 a 00:00, creando una atmósfera mágica en la que el sonido del agua se mezcla con el murmullo del océano.

El entorno del río Xallas también está salpicado de otras maravillas. A lo largo de su cauce, antes de precipitarse en Ézaro, el agua se remansa en embalses como el de Santa Uxía o el de Fervenza, formando paisajes de gran riqueza ecológica. Destacan las llamadas Caldeiras, pozas naturales de agua turquesa esculpidas durante siglos por el curso del río.

Por ello, quienes buscan aventura pueden adentrarse en las rutas de senderismo del Monte Pindo, coronar sus cumbres o perderse entre su vegetación. Para los más tranquilos, basta con pasear por el paseo marítimo de O Pindo, saborear un buen marisco frente al mar o disfrutar del silencio que ofrecen sus rincones.

Paisajes esculpidos por leyendas, aguas turquesas, arena blanca y un monte sagrado. En la costa gallega, donde el Atlántico golpea con fuerza los acantilados de la Costa da Morte, hay un rincón que se ha mantenido ajeno al turismo masivo y que esconde una de las joyas naturales más singulares de Europa: una cascada que desemboca directamente en el mar.

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