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El desconocido pueblo de El Bierzo con un puente medieval declarado Patrimonio de la Humanidad: de origen romano y parte del Camino Francés
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Conjunto Histórico-Artístico

El desconocido pueblo de El Bierzo con un puente medieval declarado Patrimonio de la Humanidad: de origen romano y parte del Camino Francés

Un rincón medieval emerge entre montañas en el corazón del Camino de Santiago. Su puente centenario guarda siglos de historia y es reconocido por la Unesco

Foto: El desconocido pueblo de El Bierzo con un puente medieval declarado Patrimonio de la Humanidad. (Turismo de Castilla y León)
El desconocido pueblo de El Bierzo con un puente medieval declarado Patrimonio de la Humanidad. (Turismo de Castilla y León)

Entre las verdes laderas del noroeste de Castilla y León, un pequeño enclave medieval atrae cada año a miles de caminantes sin que muchos conozcan su verdadero valor patrimonial. En este lugar, una construcción de origen romano forma parte de uno de los caminos más antiguos y emblemáticos de Europa. Su historia, arquitectura y ubicación estratégica lo convierten en uno de los secretos mejor guardados de la ruta jacobea.

Joya del Camino Francés y del patrimonio berciano

Esta villa leonesa, conocida como Molinaseca, está situada a escasos kilómetros de Ponferrada, sirviendo de puerta de entrada a la comarca de El Bierzo. Declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1975 y parte de la red de los Pueblos más Bonitos de España, Molinaseca destaca por su puente medieval de siete arcos, conocido como el Puente de los Peregrinos. Esta obra de sillería, que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO como bien asociado al Camino Francés, conserva tres bóvedas originales de la época romana, testimonio de su relevancia en la antigua red viaria del Imperio.

El puente cruza el río Meruelo y da acceso a la Calle Real, eje vertebrador de la villa, donde se aprecia la arquitectura tradicional de la zona: corredores y galerías de madera de castaño, cubiertas de pizarra y casas señoriales con escudos nobiliarios. Entre ellas sobresale la Casona de Don Pelegrín y el Palacio de Cangas de Pambley, ambas con categoría de Bien de Interés Cultural. A lo largo del recorrido, los peregrinos encuentran también el Crucero del Santo Cristo, símbolo jacobeo que marca el final de esta histórica arteria urbana.

Además de su legado arquitectónico, Molinaseca alberga importantes puntos de interés religioso, como la iglesia de San Nicolás de Bari, iniciada en el siglo XVII y ubicada en lo alto de una loma, o el santuario de Nuestra Señora de las Angustias, edificado sobre una antigua capilla del siglo XI. El municipio ofrece también una atractiva experiencia gastronómica marcada por productos con sello de calidad.

Platos como el botillo, el caldo berciano o la empanada de batallón son imprescindibles en cualquier visita, acompañados por los vinos de la denominación de origen Bierzo, con la mencía como variedad estrella. En verano, los viajeros pueden disfrutar de su piscina fluvial junto al puente romano, escenario también de la popular Fiesta del Agua en agosto. Sin duda, Molinaseca es un destino que combina patrimonio, naturaleza y tradición en un entorno único del noroeste peninsular.

Entre las verdes laderas del noroeste de Castilla y León, un pequeño enclave medieval atrae cada año a miles de caminantes sin que muchos conozcan su verdadero valor patrimonial. En este lugar, una construcción de origen romano forma parte de uno de los caminos más antiguos y emblemáticos de Europa. Su historia, arquitectura y ubicación estratégica lo convierten en uno de los secretos mejor guardados de la ruta jacobea.

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