El rincón de la Costa del Sol del que no has oído hablar y es un secreto de los malagueños: sin masificaciones y con excelentes playas

• La ruta de senderismo más refrescante de Jaén: en uno de los adelfares más grandes de la península y con una cascada en una cueva
• El pueblo cordobés que tienes que visitar una vez en la vida: con vistas al embalse más grande de Andalucía y rincones con mucho encanto

Existe un rincón secreto en la Costa del Sol que permanece al margen del turismo masivo y aún conserva la autenticidad que muchos viajeros buscan sin éxito. A diferencia de los núcleos más frecuentados como Marbella o Torremolinos, este enclave malagueño resiste el paso del tiempo sin perder su esencia marinera, sus playas tranquilas ni su cocina casera. Aquí, el Mediterráneo muestra su faceta más relajante, perfecta para quienes quieren alejarse del bullicio vacacional sin renunciar al sol ni al buen comer.

Se trata de Manilva, el municipio más occidental de Málaga y uno de los secretos mejor guardados de Andalucía. Este pueblo blanco, con historia propia desde 1796 y raíces que se remontan a la Prehistoria, ofrece playas como Punta Chullera o Los Toros, poco concurridas y de gran belleza natural. Además, cuenta con servicios turísticos de calidad en enclaves como Sabinillas y el Puerto de la Duquesa, todos ellos con Bandera Azul y rodeados de chiringuitos que destacan por su cocina basada en el pescado fresco, la uva moscatel y los guisos tradicionales.

Playas sin aglomeraciones y gastronomía con identidad

La variedad de calas y arenales permite disfrutar del mar sin prisas ni agobios. Espacios como la Playa de Sabinillas, la Duquesa-El Castillo o la ya mencionada Punta Chullera son ideales para descansar y practicar snorkel o deportes acuáticos. Su entorno, además, está salpicado de tabernas donde se sirven platos como el potaje de jibia, la fritura malagueña o el salmorejo de pulpo, elaborados con mimo y productos de cercanía. Comer en Manilva es vivir una experiencia gastronómica sincera, alejada de artificios y cercana a la tierra y al mar.

Más allá de la costa, Manilva también seduce con su centro histórico. El Castillo de la Duquesa, el Museo Arqueológico o la iglesia de Santa Ana forman parte de un patrimonio que invita a recorrer sus calles encaladas. Para los amantes del senderismo, la Sierra de la Utrera y los caminos rurales que conectan el pueblo con la costa ofrecen paisajes espectaculares. Con todo ello, este rincón de Málaga demuestra que es posible disfrutar de la Costa del Sol sin renunciar a la calma, al paisaje ni a la autenticidad local.