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Descubre el impresionante paisaje que National Geographic denomina el ‘Death Valley’ manchego
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Para una escapada esta primavera

Descubre el impresionante paisaje que National Geographic denomina el ‘Death Valley’ manchego

Un rincón inesperado de Castilla-La Mancha guarda uno de los paisajes más asombrosos del interior peninsular. Su silueta abrupta y rojiza es comparado con esta maravilla natural estadounidense

Foto: El impresionante paisaje que National Geographic denomina el ‘Death Valley’ manchego. (Red de Áreas Protegidas Castilla-La Mancha)
El impresionante paisaje que National Geographic denomina el ‘Death Valley’ manchego. (Red de Áreas Protegidas Castilla-La Mancha)

A tan solo 30 kilómetros de Toledo, se esconde un paisaje abrupto y rojizo que sorprende por su carácter casi extraterrestre. En mitad de la llanura manchega, surge una formación natural cuyas siluetas erosionadas recuerdan al mítico Death Valley norteamericano. Su apariencia cinematográfica ha captado la atención incluso de medios internacionales como National Geographic, que no han dudado en ensalzar la singularidad del enclave.

Este fenómeno geológico recibe oficialmente el nombre de Monumento Natural de las Barrancas de Castrejón y Calaña, aunque es más conocido como las Barrancas de Burujón. Se trata de un sistema de cárcavas arcillosas modeladas durante millones de años por la acción conjunta del viento y las aguas del río Tajo. El resultado: un conjunto de acantilados rojizos que superan los 100 metros de altura en su punto más elevado, el Pico del Cambrón. Desde allí, el visitante puede contemplar vistas espectaculares del embalse de Castrejón, que actúa como telón de fondo de este insólito escenario.

placeholder Las barrancas del Burujón en Toledo. (Red de Áreas Protegidas Castilla-La Mancha)
Las barrancas del Burujón en Toledo. (Red de Áreas Protegidas Castilla-La Mancha)

Además de su valor paisajístico, el paraje tiene una gran riqueza ecológica. Su combinación de formaciones rocosas y entorno húmedo ha convertido la zona en refugio de aves migratorias y especies amenazadas. Águilas perdiceras, búhos reales, halcones peregrinos y cormoranes encuentran aquí un hábitat seguro. Por este motivo, el espacio goza de protección como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC), lo que restringe actividades como la pesca o la navegación para preservar su biodiversidad.

Rutas con vistas: cómo disfrutar de este paisaje manchego

La mejor forma de explorar este enclave es a través de una senda ecológica de 4 kilómetros, que recorre distintos miradores, entre ellos el del Cambrón y el de los Enebros. Desde allí se obtienen las panorámicas más célebres de las Barrancas. Además, el Camino Natural del Tajo (GR-113) atraviesa este punto, permitiendo al senderista ampliar su recorrido hasta llegar a localidades cercanas como La Puebla de Montalbán. Un entorno ideal para una escapada donde naturaleza, geología e historia se entrelazan en uno de los rincones más inesperados de Castilla-La Mancha.

A tan solo 30 kilómetros de Toledo, se esconde un paisaje abrupto y rojizo que sorprende por su carácter casi extraterrestre. En mitad de la llanura manchega, surge una formación natural cuyas siluetas erosionadas recuerdan al mítico Death Valley norteamericano. Su apariencia cinematográfica ha captado la atención incluso de medios internacionales como National Geographic, que no han dudado en ensalzar la singularidad del enclave.

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