La ruta de senderismo que tienes que hacer sí o sí en Cádiz: donde encuentras un antiguo molino cubierto de líquenes y musgo

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Tras las lluvias de primavera, la provincia de Cádiz ofrece uno de sus paisajes más exuberantes en un rincón apenas alterado por el paso del tiempo. La frondosidad y el murmullo del agua acompañan a quienes se adentran en esta ruta, una de las más especiales del Parque Natural Sierra de Grazalema. Aunque su recorrido no plantea grandes dificultades, su riqueza visual y natural lo convierten en una experiencia inolvidable para senderistas de todos los niveles.

El encanto del Molino del Susto

Se trata del sendero del Molino del Susto, ubicado entre las localidades de Benamahoma y Grazalema. Este antiguo molino, que data del siglo XVII, aparece oculto bajo una capa de líquenes, musgo y vegetación, creando un escenario casi irreal. El agua del arroyo del Descansadero cae aún sobre las ruinas, generando una imagen que ha inspirado leyendas locales. El enclave se alcanza tras un recorrido que asciende desde el núcleo urbano de Benamahoma, bordeando el Cerro de la Atalaya.

Durante el trayecto, es frecuente escuchar el canto del ruiseñor o detectar fugazmente a un martín pescador. El entorno acoge una valiosa biodiversidad: chopos, quejigos, encinas y restos de antiguas caleras confieren al camino un valor patrimonial y natural único. Además, los restos de instalaciones como la antigua Eléctrica de la Sierra o el Ecomuseo del Agua permiten entrever el pasado energético de la zona, siempre vinculado al uso sostenible del agua.

Gracias a su fácil acceso y belleza escénica, esta ruta de apenas 5,5 kilómetros es perfecta para familias, sobre todo durante los meses más templados. Además, se puede enlazar con el conocido Sendero del Río Majaceite, que conecta Benamahoma con El Bosque y ofrece una visión más completa del entorno. La combinación de naturaleza, historia y leyenda convierte esta excursión en una de las experiencias más gratificantes que se pueden vivir en la sierra gaditana.