Descubre el lugar perfecto para relajarse a 1 hora y media de Madrid: un precioso balneario en un pueblo que merece la pena conocer

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Un edificio con siglos de historia, rodeado de jardines y con unas instalaciones diseñadas para desconectar, se ha convertido en uno de los destinos más recomendados para escapadas de bienestar. A tan solo una hora y media de la capital, este exclusivo alojamiento combina el encanto de la arquitectura industrial del siglo XVIII con el lujo de un centro termal de última generación, ideal para quienes buscan paz sin alejarse demasiado.

Situado en la localidad alcarreña de Brihuega, conocida por sus famosos campos de lavanda, el Hotel Castilla Termal Brihuega ocupa la histórica Real Fábrica de Paños, un complejo edificado en 1751 que hoy conserva su esencia original. Este hotel de cinco estrellas ofrece 78 habitaciones decoradas con un estilo que fusiona lo clásico con lo contemporáneo, desde estancias abuhardilladas hasta suites con vistas al valle y detalles de piedra y madera que respetan su legado fabril.

Un circuito termal diseñado para desconectar

Entre sus principales atractivos destaca el área wellness, que incluye una piscina termal con chorros, jacuzzi, duchas Vichy y cabinas para masajes y tratamientos personalizados. En este espacio, recuperando incluso tinas antiguas, se ha creado una experiencia de relax total, pensada para aliviar tensiones, activar la circulación y proporcionar una sensación de calma duradera. Además, su piscina exterior y zonas de descanso con vistas al jardín del siglo XIX convierten la estancia en una experiencia sensorial completa.

La oferta se completa con una propuesta gastronómica de alta calidad, basada en productos seleccionados y espacios únicos como La Redonda, un restaurante bajo una cúpula de cristal, o la terraza abierta al emblemático jardín de la fábrica. Brihuega, por su parte, invita a pasear por sus callejuelas llenas de historia, descubrir el legado de la monarquía borbónica en la zona y dejarse sorprender por un entorno natural que enamoró a Camilo José Cela. Un destino con alma, a un paso de Madrid, que merece un lugar en la agenda viajera de cualquier amante del bienestar.