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Descubre el pueblo de Alicante que está rodeado de montañas y guarda un secreto árabe
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Paisajes entre sierras

Descubre el pueblo de Alicante que está rodeado de montañas y guarda un secreto árabe

Este rincón del interior alicantino, aún poco conocido por los turistas, ofrece rutas de senderismo, arquitectura tradicional y fiestas con siglos de historia en un entorno natural privilegiado

Foto: Beniardà, Alicante (comunitatvalenciana.com)
Beniardà, Alicante (comunitatvalenciana.com)

Ubicado entre sierras, ríos y un embalse, hay un pueblo de Alicante que ha resistido el paso del tiempo con un estilo de vida rural y tranquilo. Su paisaje, moldeado por la agricultura de montaña, se acompaña de aromas silvestres como el tomillo y el romero, el zumbido de las cigarras al sol y callejuelas con nombres que hablan del pasado. Esta localidad, a apenas 20 kilómetros de Benidorm, ofrece una experiencia distinta a la del litoral, donde el turismo de masas ha transformado el entorno.

El municipio se llama Beniardà y forma parte del valle de Guadalest. Situado entre las sierras de Xortà y Serrella, su trazado urbano recuerda su origen andalusí, con calles estrechas y laberínticas que responden a la estructura de las antiguas alquerías musulmanas. Todavía se conservan restos arquitectónicos de aquella época, integrados en viviendas rurales o estructuras agrícolas. A la entrada del casco urbano, un pequeño acueducto marca simbólicamente la frontera entre lo nuevo y lo heredado de la historia.

La población, de apenas doscientos habitantes, se vuelca durante el año en mantener vivas sus costumbres. Entre ellas destaca la "festa de les fadrines", una celebración tradicional organizada por cuatro mujeres jóvenes, que antaño financiaban con rifas los bailes populares. Hoy, la cita se ha transformado en un evento festivo con verbenas, disfraces y actos religiosos, que atrae a vecinos y visitantes. La Feria Artesanal, por su parte, permite degustar productos locales como aceite, miel, embutidos, buñuelos o la típica limonada natural.

Senderismo y patrimonio rural

Beniardà es también un punto de partida ideal para senderistas. Desde el pueblo parten rutas señalizadas que ascienden a enclaves como la Mallada del Llop, rodeados de vistas sobre el embalse y el valle. La cercanía con espacios naturales como la Serra Gelada o el entorno del Castell de Guadalest refuerza su atractivo turístico, especialmente para quienes buscan tranquilidad sin renunciar a la actividad al aire libre.

Foto: Zucaina, Castellón, Comunidad Valenciana (X/@turcastellon)

Quienes recorren sus calles o descansan a la sombra de sus nogales encuentran algo más que paisaje. Este pueblo de Alicante mantiene una identidad propia, ligada a la tierra, a los ritmos lentos y a una memoria histórica que permanece sin necesidad de museos. En sus muros, en sus celebraciones y en su entorno natural aún resuenan los ecos de una época en la que la montaña era frontera y refugio.

Ubicado entre sierras, ríos y un embalse, hay un pueblo de Alicante que ha resistido el paso del tiempo con un estilo de vida rural y tranquilo. Su paisaje, moldeado por la agricultura de montaña, se acompaña de aromas silvestres como el tomillo y el romero, el zumbido de las cigarras al sol y callejuelas con nombres que hablan del pasado. Esta localidad, a apenas 20 kilómetros de Benidorm, ofrece una experiencia distinta a la del litoral, donde el turismo de masas ha transformado el entorno.

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