El pueblo cordobés que tienes que visitar una vez en la vida: con vistas al embalse más grande de Andalucía y rincones con mucho encanto

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Descubrir un pueblo que parece emerger como una península en el mayor embalse de Andalucía es una experiencia que cautiva desde el primer instante. Situado en lo alto de un cerro y rodeado por las aguas del embalse que lleva su nombre, este pueblo ofrece un escenario natural y cultural de gran valor. Pasear por sus calles empedradas, disfrutar de miradores que regalan vistas inolvidables y descubrir rincones cargados de encanto convierten la visita en un plan imprescindible para quienes buscan belleza y tranquilidad en la provincia de Córdoba.

Iznájar, joya de la Subbética cordobesa y su rico patrimonio

Iznájar, reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España, destaca por su casco histórico y su emblemático Castillo nazarí, que se eleva a 533 metros de altura. Este castillo, cuya construcción comenzó en el siglo VIII, ha sido restaurado para recuperar su esplendor y abrir sus puertas al público. Además, el Patio de las Comedias, con su colorido y decoración basada en macetas azules y flores, es un rincón que invita a detenerse y admirar la dedicación de una de sus vecinas. Este lugar ha sido premiado en concursos de rincones por su belleza y cuidado, en gran parte gracias a Juani Ordóñez, una vecina que riega sus plantas a diario y ha visto reconocido su esfuerzo con un mural dedicado en el municipio.

El pueblo cuenta con múltiples miradores que ofrecen panorámicas únicas del embalse y sus alrededores, como el Mirador Cruz de San Pedro y el Mirador de Las Peñas, donde se pueden apreciar detalles artísticos como los azulejos con poesías de Antonio Quintana. Destaca también la plaza dedicada a Rafael Alberti, donde un mosaico de azulejos con fragmentos de su poema 'Torre de Iznájar' rinde homenaje al vínculo del poeta con el pueblo. La combinación de naturaleza, historia y arte convierte a este destino en un enclave muy apreciado para el turismo cultural y de naturaleza.

El patrimonio de Iznájar se extiende también a sus pequeños museos, como el de artes y oficios, el de miniaturas de forja y madera y el dedicado al escultor Antonio Cañizares, que exhibe una importante colección de arte naïf local. Estas instituciones permiten conocer de cerca las tradiciones y la historia del pueblo, mientras que los rincones como el Corral de la Pacheca o la Casa de las Columnas recuerdan episodios significativos del pasado. Así, Iznájar combina un entorno natural privilegiado con una oferta cultural que seduce a sus visitantes.