El único pueblo de Cataluña que se escribe en castellano: se decidió en la Transición
En toda Cataluña solo hay un municipio que conserva su nombre en castellano de forma oficial, pese a que la mayoría recuperaron sus topónimos en catalán tras el franquismo
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En el corazón de la comarca vinícola de El Priorat, un pequeño pueblo catalán conserva una peculiaridad que lo distingue del resto del territorio. Su nombre, fijado décadas atrás, sigue escrito de una forma que contrasta con la norma lingüística vigente en Cataluña.
Cabacés, en Tarragona, es el único municipio catalán cuyo nombre oficial sigue siendo en castellano, a diferencia del resto de localidades que recuperaron su forma en catalán tras el franquismo. La decisión, tomada por sus vecinos tras la dictadura, continúa vigente casi medio siglo después.
La excepción que rompió con la norma
Mientras la mayoría de municipios catalanes restablecieron sus nombres originales en catalán durante la Transición, Cabacés optó por mantener su grafía castellanizada. El motivo fue una consulta local en la que los vecinos apostaron por conservar la forma impuesta por el franquismo "por tradición", ignorando la recomendación del Institut d'Estudis Catalans (IEC) de volver a Cabassers.
El nombre actual, ajustado a las normas ortográficas castellanas de 1738, comenzó a documentarse en el siglo XVIII. Aunque en 1933 la Generalitat oficializó el uso de "Cabassers", el Instituto Geográfico y Estadístico español fijó "Cabacés" como la forma válida en 1868. Su implantación definitiva llegó tras la Guerra Civil, bajo la imposición franquista.
⚠️ MOLT GREU! La @gencat encobreix els ajuntaments que no volen complir la Llei de Política Lingüística. Els seus informes jurídics sobre la toponímia il·legal amaguen l’art. 18.1 de la Llei de Política Lingüística, que obliga a corregir la cacicada.
— Cabassers #oficialitat (@CabassersOrg) January 1, 2025
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Los vecinos, en pie de guerra
Hoy en día, la singularidad de Cabacés ha reavivado el debate toponímico en Cataluña. La plataforma Cabassers.org lidera una campaña para que el municipio adopte de nuevo la forma catalana, en cumplimiento del artículo 18.1 de la Ley de Política Lingüística. Esta norma establece que todos los topónimos de Cataluña deben tener como única forma oficial la catalana, salvo en el Valle de Arán.
Esta iniciativa, respaldada por vecinos como Carles Prats, ha elevado la petición al Ayuntamiento y a la Generalitat. Denuncian las contradicciones legales que implica que un municipio mantenga un nombre que no respeta la normativa vigente en materia de lengua y toponimia.
@monstylemountain Ermita de Sant Roc (Cabacés) #nature #senderismo #outdoors #nature #cave #tarragona #priorat #trekking #mountain #montaña #sacred #ermita #patrimonio #water #fuente ♬ River Flows in You - Piano Instrumental
Tradición, historia y patrimonio
Más allá del debate lingüístico, Cabacés es un pueblo con una historia que se remonta al siglo XIII, cuando era conocido como Abinkabaser. Su patrimonio medieval, sus vinos de la DO Montsant y el legado artístico del pintor Miquel Montagud lo convierten en una joya del Priorat. Entre sus atractivos destacan la iglesia de la Natividad, varias ermitas y puentes de piedra que aún hoy conectan rutas de senderismo.
Qué comer en Cabacés
La gastronomía local refleja la tradición agrícola del entorno, con platos elaborados con productos de proximidad: embutidos artesanales, conejo con caracoles, cocas saladas y postres caseros como los pastissets (no te vayas sin probar los de Forn de Pa el Mulo). Los vinos con Denominación de Origen Montsant, cultivados en las laderas del entorno, son el maridaje ideal para cualquier comida. Además, en los pequeños restaurantes y casas rurales del pueblo es habitual encontrar menús con productos de temporada y cocina de kilómetro cero.
Cómo llegar desde Barcelona
Este enclave de El Priorat está a unos 160 kilómetros de Barcelona. La forma más rápida de llegar es en coche, siguiendo la AP-7 hasta Tarragona y luego la N-420 y la T-702 hasta Cabacés. El trayecto dura unas dos horas y media. En transporte público, se puede tomar un tren de Rodalies (R15) hasta Les Borges del Camp y después enlazar con un servicio de autobús (BUSPLANA) o taxi hacia el municipio, aunque las combinaciones son limitadas y requieren planificación previa.
Con poco más de 300 habitantes, este enclave tarraconense representa un caso único en la historia reciente de Cataluña: un lugar donde la identidad local desafió la tendencia mayoritaria y donde el pasado continúa marcando el presente.
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