Duerme en este castillo inexpugnable del siglo XI al menos una vez en la vida: repleto de historias de reyes y convertido en un hotel de 4 estrellas

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Despertar en una fortaleza medieval con siglos de historia es una experiencia que pocos destinos pueden ofrecer. En lo alto de un cerro, sobre el valle del Duero, una antigua estructura defensiva ha sido restaurada para convertirse en un hotel de lujo con todos los servicios actuales. El entorno, cargado de historia y rodeado de viñedos, envuelve al visitante desde su llegada.

El Castillo de Curiel, documentado desde el siglo XI, fue propiedad de Reyes castellano-leoneses como Alfonso VII o Pedro I. Además de bastión militar, también fue prisión de nobles y dote real. Propiedad de otros reyes como Alfonso X o Fernando III, sirvió de dote a figuras como doña Berenguela y albergó encierros tan prolongados como el de Diego de Castilla, retenido durante 54 años.

Hospedaje con identidad histórica y servicios exclusivos

Las estancias llevan nombres de antiguos monarcas y están equipadas con ducha, bañera, minibar, aire acondicionado y desayuno incluido. Los huéspedes pueden disfrutar de rutas por la zona, bicicleta, visitas a bodegas, y acceso a una bodega situada en una iglesia del siglo XII donde maduran caldos premiados como el 'Viejo Coso'. El complejo, a 4 kilómetros de Peñafiel, permite explorar la Ribera del Duero desde un enclave privilegiado.

Hoy, la Residencia Real Castillo de Curiel cuenta con 23 habitaciones tematizadas, restaurante, piscina, salas de música y miradores en las almenas. Cada habitación combina el carácter medieval con el confort de un hotel de cuatro estrellas. La reserva directa a través de su web ofrece ventajas exclusivas como un 10% de descuento, cancelación gratuita y visitas enoturísticas. Un castillo que fue ruinas y olvido durante siglos se ha transformado en un destino inolvidable, ideal para quienes buscan una escapada con historia, exclusividad y el encanto de lo irrepetible.