La ruta de senderismo que tienes que hacer sí o sí en Guadalajara: con un salto de agua y una sorpresa final

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Una escapada a Guadalajara puede depararte una experiencia inolvidable en plena naturaleza, con una caminata corta pero intensa, un entorno repleto de agua, roca y bosque, y un final inesperado que te hará detener el tiempo. Todo ello dentro de un paraje natural poco masificado que esconde uno de los mayores secretos del Parque Natural del Alto Tajo.

Un salto que nunca estuvo planeado y una laguna con permiso de baño

La ruta circular del Salto de Poveda y la Laguna de Taravilla, de apenas 5 kilómetros, es perfecta para quienes buscan combinar paisajes espectaculares con accesibilidad. El recorrido, señalizado y de dificultad media, permite disfrutar de una cascada formada tras el colapso de una antigua presa hidroeléctrica que nunca llegó a funcionar, y de una laguna natural alimentada por aguas subterráneas, donde está permitido el baño.

El itinerario, que puede realizarse en sentido horario o antihorario, atraviesa diversos tramos con sombra y zonas con valores geológicos y etnográficos. Es posible iniciar el trayecto desde varios aparcamientos habilitados en pistas de tierra en buen estado, aunque en los meses de julio y agosto se exige reservar y pagar una tasa previa para garantizar el acceso y evitar sanciones.

Puentes, miradores y una gruta inesperada

A lo largo del camino, los senderistas cruzan pasarelas de madera, caminan junto al río Tajo y alcanzan varios miradores, desde los que es posible contemplar la laguna y el salto de agua desde distintas alturas. En verano, la presencia de sombra convierte la ruta en una opción muy recomendable incluso en días calurosos.

Y como recompensa adicional, a apenas 30 minutos en coche del final de la ruta, se puede visitar la Sima de Alcorón, una cavidad natural de 63 metros de profundidad con escalones y una zona de pícnic cercana. Aunque no forma parte del itinerario oficial, muchos excursionistas completan la jornada descubriendo este enclave subterráneo que pone el broche a una de las rutas imprescindibles en el Alto Tajo.