El infravalorado pueblo de España que tienes que visitar una vez en la vida y que está en Ciudad Real: con una romería de Interés Turístico Regional

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Hay un rincón poco explorado de Castilla-La Mancha que encierra historia, cultura y una de las fiestas religiosas más especiales de la región. Un destino ideal para una escapada cultural y gastronómica que sorprende por su autenticidad, la calidez de sus gentes y el legado rural que impregna sus calles. Aunque muchos viajeros lo pasan por alto, esconde uno de los museos etnográficos más singulares del país, bodegas subterráneas centenarias y una romería con más de 80 ediciones.

Nos referimos a Tomelloso, en la provincia de Ciudad Real, una ciudad con alma de pueblo que respira tradición en cada rincón. La visita puede comenzar en el Museo Etnográfico del Carro y Aperos de Labranza-Bombo, donde se conserva una muestra de la vida agrícola y vitivinícola de generaciones pasadas, incluyendo un bombo de piedra seca, símbolo local. El itinerario continúa por la chimenea de la antigua bodega de Antonio Fábregas y la Posada de los Portales, reconvertida en centro cultural. La Parroquia de la Asunción y el Museo Antonio López Torres completan una ruta repleta de arquitectura, arte y memoria.

Una romería de Interés Turístico Regional con aspiración nacional

Si algo define a Tomelloso es su romería en honor a la Virgen de las Viñas, fiesta declarada de Interés Turístico Regional y celebrada el último fin de semana de abril. El pasado domingo, más de 30.000 personas se congregaron en el santuario de Pinilla, a las afueras del municipio, para participar en esta cita que aúna fervor religioso, música, gastronomía y tradición popular. Desde la salida de las reatas y carrozas hasta la eucaristía central, todo el pueblo se moviliza para rendir homenaje a su Patrona.

La historia de esta romería se remonta a 1944, cuando se celebró por primera vez como rogativa para pedir lluvia. Desde entonces, se ha convertido en un evento identitario. La imagen de la Virgen sostiene un racimo de uvas blancas y su 'Niñete', uno de uvas negras, símbolos de la vid que ha sustentado la economía local desde el siglo XIX. El recinto de Pinilla, donde se celebra la fiesta, también acoge un museo con vestimentas, estandartes y objetos litúrgicos vinculados a la Hermandad de la Virgen.

Momentos únicos de una celebración inolvidable

Entre los momentos más impactantes de esta romería destaca la llegada de las mulas engalanadas al santuario, que tiene lugar tras la misa dominical. Es una escena profundamente emotiva y simbólica, con animales cuidadosamente adornados para la ocasión, recorriendo el último tramo del camino entre aplausos y vítores. Pero sin duda, uno de los instantes más mágicos se vive el sábado por la noche con la tradicional noche de las antorchas. A las 22:00 horas, el entorno de Pinilla se ilumina con cientos de luces que acompañan cánticos, silencio respetuoso y un ambiente de comunión difícil de olvidar.

Además de disfrutar del patrimonio, el arte y la devoción que caracterizan esta localidad manchega, el visitante puede aprovechar su viaje para descubrir otras joyas cercanas. A tan solo media hora en coche se encuentra Campo de Criptana, famoso por sus molinos de viento, emblemas eternos del imaginario cervantino. Una combinación perfecta para una escapada única por la Mancha más auténtica.