El castillo de Castilla-La Mancha que acaba de reabrir sus puertas: puedes visitarlo por primera vez tras mil años de historia

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Un acontecimiento histórico acaba de tener lugar, además del apagón del que todo el mundo habla hoy, en una localidad de Castilla-La Mancha: por primera vez en cerca de mil años, uno de sus monumentos más emblemáticos abría sus puertas al público. Esta fortaleza, que hasta ahora había sido de propiedad privada, comienza una nueva etapa al alcance de todos los visitantes interesados en descubrir su historia y su patrimonio.

Se trata del Castillo de Escalona, situado en la provincia de Toledo, una imponente construcción que mezcla la arquitectura militar y residencial. Tras su adquisición el pasado verano por parte del Ayuntamiento de Escalona, el castillo celebró su acto de apertura el pasado sábado 26 de abril a las 11:00 horas, con entrada libre y gratuita. Desde ese momento, todos los interesados pueden recorrer por primera vez los vestigios del palacio interior mudéjar y los espacios que marcaron el esplendor de la villa en la Edad Media.

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Sara Castellanos

Un castillo con mil años de historia

La historia del Castillo de Escalona se remonta a la época romana, aunque fue en tiempos musulmanes cuando alcanzó su primera importancia estratégica. Posteriormente, fue tomado por Alfonso VI y desempeñó un papel clave en las defensas contra los almorávides y almohades. Durante siglos, fue residencia de nobles como Álvaro de Luna, quien construyó en su interior un suntuoso palacio y organizó en el Patio de Honor algunas de las fiestas más importantes de Castilla. Hoy, los visitantes pueden admirar la majestuosa Torre del Homenaje, los restos del palacio y los patios que guardan siglos de secretos.

Ubicado sobre una meseta bañada por el río Alberche, el Castillo de Escalona conserva estructuras defensivas como fosos, torres adelantadas y sistemas de canalización de agua. A partir de ahora, el recinto ofrecerá visitas guiadas organizadas, de miércoles a domingo, con entradas a partir de tres euros. Esta reapertura supone no solo la recuperación de un patrimonio olvidado, sino también una nueva oportunidad para revitalizar la oferta turística de Castilla-La Mancha.