El rincón pirenaico de solo tres letras que hace frontera con Francia y es conocido por termas que ya eran populares en la Antigua Roma

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España está llena de pueblos que sorprenden por su historia, su entorno natural o sus tradiciones centenarias. Algunos, además, esconden otro pequeño detalle que los hace únicos: un nombre breve, sencillo y cargado de significado. En uno de los valles más bellos del país, un diminuto municipio concentra siglos de legado cultural y un espectacular entorno natural.

Lés, situado en el Valle de Arán, es el rincón pirenaico que presume de tener uno de los nombres más cortos de España. Esta localidad catalana, con apenas tres letras, se encuentra a orillas del río Garona y hace frontera directa con Francia. Su historia se remonta a tiempos de la Antigua Roma, cuando sus aguas termales ya eran reconocidas por sus propiedades curativas.

Un pueblo diminuto en tamaño, pero inmenso en historia

Aunque su topónimo es uno de los más breves de España, Lés concentra un extraordinario patrimonio cultural y natural. Limitando con Bossòst, Bausén, Canejan y Vilamòs, este enclave de poco menos de mil habitantes conserva vestigios románicos como la Ermita de Sant Blai y las ruinas del castillo de Pijoert, del siglo XI. Su núcleo urbano, de calles empedradas y casonas de piedra, invita a pasear sin prisa, mientras el sonido del Garona acompaña el recorrido.

El municipio cuenta además con el centro lúdico Termes Baronia de Les, donde es posible sumergirse en aguas mineromedicinales ya aprovechadas en la época romana. Todo ello rodeado de un paisaje que enamora a los aficionados al senderismo, el ciclismo de montaña o los deportes acuáticos.

Tradiciones ancestrales y paisajes de ensueño

Uno de los momentos más especiales para visitar Lés es durante la celebración de la Festa de l'Haro, una tradición que rinde culto a los solsticios y a la conexión con la naturaleza. El ritual comienza con la elección de un abeto, continúa con su preparación y culmina con su quema en la Plaza der Haro durante la noche de San Juan, en medio de danzas populares y vino caliente.

La naturaleza también es protagonista en este rincón aranés. Desde su núcleo urbano parten rutas de senderismo hacia Francia o hacia parajes del Valle de Arán como la Artiga de Lin o el Val de Varradòs. Además, la oferta de actividades incluye rafting, barranquismo y circuitos de BTT, perfectos para quienes desean una dosis de aventura.

Gastronomía y descanso en el corazón del Pirineo

La experiencia en Lés no estaría completa sin descubrir su gastronomía, marcada por la influencia francesa y los sabores de montaña. Platos como la òlha aranesa, el civet de jabalí o las tradicionales crespèths acompañan la oferta local. Para los paladares más exquisitos, la visita a la fábrica de Caviar Nacarii les permite degustar uno de los productos más exclusivos del valle.

Entre casas de piedra y alojamientos rurales, el visitante puede disfrutar de una estancia auténtica, rodeado de montañas, historia y el murmullo constante del Garona. Lés demuestra, letra a letra, que los grandes tesoros no siempre necesitan grandes palabras.