El paraíso de 'gorgs' que encontrarás a solo 20 minutos de esta joya modernista oculta en Cataluña

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Descubrir gorgs escondidos en la Garrotxa, dormir en un hotel modernista con jardines centenarios y coronar la jornada en las ruinas de un castillo del siglo XII es posible sin salir de Cataluña. Esta experiencia, a caballo entre la naturaleza y la historia, comienza en un alojamiento único y termina con vistas al Pirineo.

Un hotel modernista rodeado de tilos

En el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, el Hotel Can Garay ofrece algo más que descanso: una inmersión en la calma. Declarado patrimonio arquitectónico, este hotel-monumento de 1906 está rodeado por un jardín de 4.000 metros cuadrados, tilos centenarios y una fuente que aprovecha una antigua piedra de molino. Su propuesta gastronómica y su atención al producto local lo convierten también en un pequeño refugio culinario.

Desde el propio jardín se puede acceder a senderos y pozas sin necesidad de coger el coche. Lo ideal es recorrerlo a pie o en bicicleta. Entre ellos destaca el Gorg de can Poeti, una secuencia de piscinas naturales encajadas en la vegetación, ideal para un baño sereno en plena naturaleza. Este rincón se encuentra muy cerca de la antigua estación del ferrocarril, a escasos minutos del alojamiento.

De las pozas al castillo: una ruta en plena naturaleza

Quienes prefieran alargar la caminata encontrarán en esta zona múltiples opciones. Desde los lavaderos del núcleo antiguo hasta la ermita del Ángel Custodio, el recorrido se entrelaza con antiguos campos y bosques de encinas y robles. La Iglesia de Sant Pere Sacosta, documentada en 1207, aparece como un testimonio de los terremotos del siglo XV que marcaron la historia del valle.

La ruta culmina en el Castillo de Hostoles, una construcción medieval citada ya en el año 1002. Aunque se encuentra en estado de ruina progresiva, conserva una cisterna de grandes dimensiones y ofrece vistas panorámicas que alcanzan desde las cumbres pirenaicas hasta la llanura de Girona. El acceso no está señalizado de forma evidente, lo que añade cierto aire de descubrimiento a esta caminata final.

Una escapada que combina naturaleza, patrimonio y desconexión

Quienes lleguen al Hotel Can Garay no solo encontrarán un punto de partida privilegiado para explorar gorgs y senderos, sino también un alojamiento con alma. Sus siete habitaciones, decoradas con mobiliario modernista, su biblioteca y su entorno verde, lo convierten en una alternativa ideal para quienes buscan una escapada tranquila con opciones de aventura a pie o en bicicleta.

Con solo 100 metros de distancia respecto a las vías verdes entre Girona y Olot, este enclave representa una puerta abierta a la Garrotxa más auténtica. Entre el murmullo del agua y las ruinas medievales, el viaje termina donde empieza el paisaje: en lo alto de un castillo que lo ve todo.