La curiosa historia de este molino de río en este rincón de Andalucía: con una torre almenada del siglo XIV

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Una torre medieval, erigida junto al curso del río Guadaíra, permanece como testigo silencioso del tiempo y de la ingeniería hidráulica tradicional. Su imponente silueta cuadrangular, rematada con almenas, se levanta en el entorno natural de Alcalá de Guadaíra, en un enclave que fue clave para el aprovechamiento fluvial. A pesar de su apariencia defensiva, esta construcción albergó durante siglos un uso mucho más funcional: la molienda de grano gracias a la fuerza del agua. Su presencia, rodeada de vegetación y senderos, continúa sorprendiendo a quienes se acercan a descubrirla.

El protagonista de esta historia es el Molino del Algarrobo, declarado Bien de Interés Cultural, una joya arquitectónica perteneciente a los antiguos molinos de rodezno de la ribera del Guadaíra. Su estructura se articula en torno a una torre datada en el siglo XIV, a la que se sumaron naves de molienda en época moderna y un porche decimonónico utilizado para las labores de carga y descarga. Desde el siglo XV se conoce su pertenencia al monasterio de San Jerónimo de Buenavista, lo que refuerza su valor histórico. Las diferentes fases constructivas, restauradas cuidadosamente, muestran el paso del tiempo a través de materiales y formas.

Un edificio singular y restaurado con fidelidad histórica

Entre los elementos más llamativos se encuentra la decoración de espigados e incisiones en la fachada oriental, aún visibles hoy. La torre conserva su piedra original, las salas de trabajo muestran enlucido, y el porche luce un característico zócalo rojo encalado. Todo el conjunto fue restaurado en 2003 para preservar su autenticidad y facilitar la comprensión visual de su evolución arquitectónica. El sistema hidráulico, el azud y las canalizaciones subterráneas siguen conformando un ejemplo notable de ingeniería tradicional ligado al uso sostenible del agua.

El acceso al Molino del Algarrobo ha sido mejorado con la rehabilitación de los senderos ejecutada en 2021 por el consistorio, lo que permite llegar al enclave caminando desde la margen izquierda. Este recorrido, que ha sido nivelado, desbrozado y embellecido con vegetación autóctona y mobiliario urbano, se ha integrado en el paisaje del parque San Francisco, mejorando la visibilidad de la cuenca del río. Un paseo en primavera hasta llegar a este molino histórico puede ser el mejor plan para el fin de semana.