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Con una cueva impresionante: la aldea de 4 habitantes a la que National Geographic denomina “la Covadonga andaluza”
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Un lugar fuera de lo común

Con una cueva impresionante: la aldea de 4 habitantes a la que National Geographic denomina “la Covadonga andaluza”

En el corazón de una de las provincias menos transitadas de Andalucía se esconde un paraje que parece sacado de una leyenda. Apenas unos metros bastan para entender por qué este rincón ha cautivado incluso a los exploradores más exigentes

Foto: La cueva la que National Geographic denomina “la Covadonga andaluza”. (Turismo de Andalucía)
La cueva la que National Geographic denomina “la Covadonga andaluza”. (Turismo de Andalucía)

Entre las sierras del sur de España se oculta un enclave que desafía cualquier expectativa turística. Pese a contar con apenas cuatro vecinos, esta aldea ha despertado la admiración de los expertos en patrimonio, hasta el punto de ser comparada con un icono del norte peninsular por su carga simbólica y su impresionante orografía.

Se trata de Tíscar, una pedanía de Quesada, en la provincia de Jaén, que ha sido bautizada por National Geographic como “la Covadonga andaluza”. Este sobrenombre no es gratuito. Tíscar fue el último bastión musulmán de la zona, con un castillo alzado sobre la Peña Negra cuya conquista se remonta al siglo XIV. La leyenda cuenta que, en medio del asedio, una imagen de la Virgen fue arrojada desde lo alto por sus defensores, regresando milagrosamente a su lugar. En su honor se erigió un santuario que hoy domina el paso natural entre montañas.

Foto: La sencilla ruta que te lleva hasta una cueva con una cascada. (Diputación de Jaén)

Cueva del Agua, la gruta que encierra una leyenda

Uno de los mayores reclamos turísticos de este paraje es la Cueva del Agua, un monumento natural de origen calizo donde el río Tíscar ha esculpido un paisaje de pasarelas, pozas y saltos de agua. Declarada como una de las primeras grutas naturales documentadas en la península, ha sido escenario de conciertos y es, además, lugar de peregrinación gracias a la pequeña réplica de la virgen que custodia en su interior. A escasos metros, el visitante puede disfrutar del Pilón Azul, una cascada de aguas cristalinas que embellece aún más el recorrido.

Más allá del santuario y la cueva, el Puerto de Tíscar ofrece una de las vistas más sobrecogedoras de la provincia. Desde la Atalaya del Infante Don Enrique, una torre medieval del siglo XIV, se contempla un mosaico de paisajes que abarca desde el mar de olivos jiennense hasta los perfiles escarpados del picón del Rayal. Este paso de montaña, cruce natural entre culturas, conserva aún la huella de la resistencia islámica y el fervor cristiano, elementos que convierten a Tíscar en un símbolo vivo de la historia y espiritualidad de Andalucía.

Entre las sierras del sur de España se oculta un enclave que desafía cualquier expectativa turística. Pese a contar con apenas cuatro vecinos, esta aldea ha despertado la admiración de los expertos en patrimonio, hasta el punto de ser comparada con un icono del norte peninsular por su carga simbólica y su impresionante orografía.

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