El pueblo a 1 hora y media de Madrid que tienes que visitar sí o sí: con un castillo con las mejores vistas y con grutas secretas bajo el suelo

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A solo hora y media de Madrid, existe una villa que se alza sobre un paisaje de barrancos y huertas y esconde bajo sus cimientos un recorrido subterráneo de otro tiempo. Su perfil de piedra caliza y calles empedradas conserva intacta la esencia medieval, mientras que su valor patrimonial ha sido reconocido con la declaración de Conjunto Histórico-Artístico desde hace más de cinco décadas. Este destino no solo presume de un entorno natural extraordinario, sino también de una historia que se respira en cada rincón.

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Sara Castellanos

Hablamos de Brihuega, uno de los enclaves más representativos de la Alcarria, donde las cuevas árabes excavadas entre los siglos X y XI forman un laberinto de más de ocho kilómetros que atraviesa los cimientos del pueblo. De ese entramado subterráneo, se han habilitado más de 700 metros para las visitas, que permiten adentrarse en pasadizos cargados de historia. Sobre la superficie, el visitante puede recorrer su arquitectura popular, compuesta por viviendas con patios interiores, balcones de madera y tejados de teja árabe que reflejan la identidad alcarreña.

Un castillo con vistas privilegiadas

Uno de los símbolos más destacados es el castillo de la Peña Bermeja, fortificación del siglo X que domina la localidad desde un promontorio. En su patio de armas se encuentra el cementerio municipal y desde sus torres se contempla una de las mejores panorámicas del valle del Tajuña. El patrimonio religioso también merece mención: las iglesias de San Miguel, San Felipe y especialmente Santa María de la Peña, que guarda una imagen de la patrona en una gruta excavada bajo su altar mayor.

Durante el mes de julio, los alrededores de Brihuega se transforman gracias al Festival de la Lavanda, cuando los campos se cubren de un manto violeta y se celebran conciertos al aire libre al caer el sol. Esta experiencia sensorial, sumada a enclaves como la Real Fábrica de Paños, reconvertida en alojamiento con jardines de principios del siglo XIX, y a curiosidades como el Museo Mundial de Miniaturas del Profesor Max, consolidan a Brihuega como una escapada imprescindible para quienes buscan naturaleza, cultura e historia en estado puro.