Descubre la ruta secreta de Asturias para hacer en Semana Santa: naturaleza, calma y dos cascadas escondidas
Perfecta para hacer en Semana Santa, esta senda circular lleva al visitante hasta dos cascadas espectaculares, entre caminos antiguos, vegetación exuberante y una tranquilidad difícil de encontrar
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Una escapada corta y fácil, rodeada de vegetación y con el sonido del agua como banda sonora, es todo lo que muchos buscan durante la Semana Santa. Y existe un rincón en el occidente asturiano que reúne estos ingredientes con una ruta circular tan accesible como espectacular.
A pocos kilómetros de Infiesto, en el concejo de Piloña, la senda que conecta las cascadas de Trambarria y Alcantarillón ofrece una experiencia singular. El itinerario comienza en el pequeño núcleo de Serpiedo, desde donde una pista forestal nos introduce en un entorno casi intacto. La primera parada del camino es la cascada de Trambarria, una caída de agua escalonada que baja por varios zócalos entre el musgo y las ruinas de un antiguo molino, en la parroquia de Coya.
Desde allí, el sendero asciende suavemente siguiendo el cauce del arroyo Valdés, entre árboles caídos y una vegetación exuberante, hasta alcanzar la carretera AS-366. Cruzándola, se accede a la segunda joya de esta ruta: la cascada del Alcantarillón, también conocida como "El Caneyu". Situada bajo el puente, esta caída es aún más sorprendente tras varios días de lluvia, cuando el arroyo baja con fuerza.
Senderismo fácil y paisajes únicos
La ruta, de apenas 3,7 kilómetros y con un desnivel suave de unos 63 metros, está diseñada para todos los públicos. Su trazado circular facilita regresar al punto de partida sin repetir trayecto, lo que convierte este recorrido en una opción perfecta para hacer en familia o con amigos sin necesidad de gran preparación física.
Durante el paseo, no faltan los pequeños detalles que enriquecen la experiencia: setas de temporada en los márgenes del sendero, troncos cubiertos de líquenes, y el rumor constante del arroyo acompañando cada paso. Todo ello refuerza la sensación de estar recorriendo un rincón escondido, fuera de los circuitos más transitados, ideal para quienes buscan desconexión sin renunciar a la belleza natural del Principado.
Al tratarse de una ruta poco conocida, el silencio es uno de sus mayores atractivos. Es habitual completar el recorrido sin cruzarse con nadie, lo que permite disfrutar del entorno con una calma poco habitual en otras rutas más populares. Este carácter discreto, unido a su accesibilidad y belleza, convierte la senda de las cascadas de Trambarria y Alcantarillón en una de esas joyas ocultas que Asturias reserva para quienes caminan con ojos atentos.
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Más allá del agua, la senda permite descubrir parte del paisaje y del patrimonio rural asturiano, con pasos junto a viejos caminos, praderías y casas tradicionales. Una propuesta sencilla, cercana y con el encanto que solo Asturias sabe conservar.
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