El rincón de España que tienes que visitar en abril: lleno de amapolas y entre lagunas
Cada primavera, un rincón poco conocido del interior peninsular se transforma en un espectáculo natural efímero. Aves majestuosas y flores silvestres dibujan uno de los paisajes más sorprendentes de este mes
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Hay un lugar en Castilla y León donde cada abril los campos se tiñen de rojo y el silencio solo lo rompen los vuelos de cientos de aves. La explosión de color llega tras el letargo del invierno, y lo hace con tal fuerza que transforma un paisaje agrario en un auténtico santuario natural, como ha destacado la publicación especializada en viajes National Geographic. Esta maravilla ocurre durante unas pocas semanas y convierte a este rincón en uno de los destinos más sorprendentes de la primavera española.
El origen de esta transformación está en las lagunas de Villafáfila, situadas en plena Tierra de Campos, al noreste de la provincia de Zamora. Cada abril, la floración masiva de amapolas aporta un contraste cromático que rompe con la monotonía del secano cerealista. Estas flores silvestres aparecen en suelos removidos y barbechos, generando manchas rojas entre cultivos de trigo y cebada, en una estampa de gran valor ecológico y fotográfico.
Un ecosistema con valores únicos
Este complejo lagunar, de origen endorreico y carácter salino, forma la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila, que se extiende por más de 32.000 hectáreas y once municipios. Entre las principales masas de agua destacan la Laguna Grande, la Laguna de Barillos y la Laguna de las Salinas. Estas lagunas, junto con los prados salinos que las rodean, crean hábitats que favorecen el crecimiento de especies botánicas únicas, como la juncia, el gramón o la escorzonera enana.
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La fauna es otro de los grandes tesoros del lugar. Este espacio protegido alberga una de las mayores poblaciones de avutarda del continente, así como especies como el cernícalo primilla, el pato cuchara, el aguilucho lagunero o la grulla común. Su observación convierte al entorno en un punto de referencia para los amantes de la ornitología. El silencio de la estepa, interrumpido solo por los sonidos de la vida salvaje, otorga al visitante una experiencia de conexión íntima con la naturaleza.
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