De un pueblo deshabitado a una majestuosa cascada de 30 metros: la ruta familiar en España que te descubre 'National Geographic'
Un sendero accesible, un salto de agua de 30 metros y la historia olvidada de un pueblo deshabitado aguardan en el corazón de los Oscos esta Semana Santa, en apenas ocho kilómetros de recorrido
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- El pueblo de cuento asturiano con el "doble de hórreos que de habitantes" y un tejo milenario que protege el alma de los difuntos
- El pueblo renacentista de España que es ideal para descubrir estas vacaciones y darse un gran homenaje gastronómico
Una senda verde junto al río Agüeira se abre paso entre alisos, robles y castaños, descubriendo a cada paso huellas del pasado y un final sorprendente. No es una ruta cualquiera. Lo que comienza como un sencillo paseo por los bosques de Asturias, pronto se convierte en un recorrido por la memoria y la belleza natural más impactante del occidente peninsular.
El Valle del Desterrado esconde una leyenda con tintes trágicos
El punto de partida es Pumares, un pequeño pueblo de tradición herrera situado en el concejo de Santa Eulalia de Oscos. Desde aquí arranca un itinerario lineal, de apenas ocho kilómetros entre ida y vuelta, que sigue el cauce del río Agüeira por caminos bien señalizados. Mientras el agua corre a la izquierda del sendero, el visitante se adentra en un bosque de ribera que invita a caminar despacio. Todo a su alrededor parece pedir calma a su paso, hasta que aparece, casi oculta, la aldea abandonada de Ancadeira, deshabitada desde los años setenta y envuelta ahora por una espesa vegetación.
Además de su riqueza paisajística, la ruta refleja la identidad de una tierra forjada entre fragua y leyenda. Santa Eulalia de Oscos, distinguida como Capital del Turismo Rural en 2024, conserva vivo el legado de los antiguos oficios en lugares como el Conjunto Etnográfico de Mazonovo, donde aún se puede ver en funcionamiento un mazo hidráulico del siglo XVIII. Esta conexión entre el trabajo artesanal y el entorno natural convierte el paseo hasta Seimeira en una experiencia completa, donde cada paso revela un fragmento del carácter asturiano.
Del silencio de Ancadeira al estruendo de Seimeira
Poco después, se alcanza el llamado Valle del Desterrado, un paraje que esconde una leyenda con tintes trágicos. Según se cuenta, un criado fue condenado al exilio en estas tierras tras cometer un crimen por mandato de su señor. Su castigo fue vagar para siempre en un lugar donde no se oyeran carros, gallos ni campanas. Ancadeira, aislada y silenciosa, fue el lugar elegido. Hoy, su historia da nombre al valle y acompaña al caminante como un susurro que recorre el paisaje.
Para quienes deseen prolongar la estancia, el concejo ofrece diversas opciones de alojamiento rural como la Casona Cantiga del Agüeira, un hotel rural que ofrece a sus clientes clases de piano y guitarra o los apartamentos rurales Los Pedregales, ambos integrados en entornos naturales y gestionados con un enfoque sostenible. A la hora de comer, destacan restaurantes como Casa Pedro, en Santa Eulalia de Oscos, donde se puede saborear fabada asturiana, cachopo de la casa, carnes a la brasa o postres caseros como el flan de queso o la tarta de la abuela, elaborados con mimo. Son lugares donde la cocina tradicional cobra protagonismo y donde la hospitalidad forma parte del entorno.
El tramo final lleva hasta la cascada de Seimeira, una caída de agua de 30 metros que surge de entre las rocas como una cortina líquida. El murmullo de la cascada se intuye antes de verla, y su presencia marca el clímax de la ruta. El regreso se realiza por el mismo camino, completando una excursión ideal para realizar en familia y perfecta para quienes buscan un plan distinto esta Semana Santa. Reconocida por publicaciones como National Geographic, esta ruta no solo conecta con la naturaleza, sino también con la historia rural de una Asturias que aún conserva su alma.
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Una senda verde junto al río Agüeira se abre paso entre alisos, robles y castaños, descubriendo a cada paso huellas del pasado y un final sorprendente. No es una ruta cualquiera. Lo que comienza como un sencillo paseo por los bosques de Asturias, pronto se convierte en un recorrido por la memoria y la belleza natural más impactante del occidente peninsular.