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La joya mejor guardada de la Costa Blanca: playas paradisíacas, rutas junto al mar y un casco histórico con encanto
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PARA UNA ESCAPADA TRANQUILA

La joya mejor guardada de la Costa Blanca: playas paradisíacas, rutas junto al mar y un casco histórico con encanto

Benissa es uno de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca: un pueblo con encanto medieval, calas escondidas y rutas junto al mar perfectas para una escapada tranquila en Semana Santa

Foto: Vista de la costa de este pueblo alicantino en la Costa Blanca (iStock)
Vista de la costa de este pueblo alicantino en la Costa Blanca (iStock)

Quienes buscan desconectar en Semana Santa sin aglomeraciones y con el Mediterráneo como escenario, tienen una opción menos conocida pero igual de espectacular en la provincia de Alicante. A medio camino entre destinos turísticos masificados y el interior montañoso, este rincón guarda un equilibrio perfecto entre tradición, naturaleza y mar. Sus paisajes combinan abruptos acantilados con frondosos pinares que llegan casi hasta la orilla, y una costa salpicada de pequeñas calas donde el agua luce un azul tan cristalino que parece irreal.

Este destino no solo destaca por su costa salvaje y recogida, también lo hace por su clima amable y su ambiente tranquilo, ideal para quienes quieren recorrer senderos frente al mar, practicar deportes acuáticos o simplemente relajarse bajo el sol primaveral. Pese a tener varios kilómetros de litoral, sus playas se mantienen poco concurridas incluso en fechas señaladas, lo que lo convierte en un pequeño paraíso para descubrir sin prisas. Además, su historia, que arranca en tiempos del Neolítico, ha dejado un legado visible en sus calles, casas señoriales y tradiciones.

Aunque muchos lo confunden con localidades vecinas más populares, este municipio tiene identidad propia y una oferta turística que sorprende. Se trata de Benissa, un lugar que, lejos del bullicio, guarda algunos de los tesoros más genuinos de la Costa Blanca. Su litoral, con calas que parecen postales, y su casco histórico bien conservado son solo el principio de una experiencia que mezcla lo mejor del Mediterráneo con el alma de un pueblo.

Qué ver en Benissa: historia, calas y miradores al mar

El casco antiguo de Benissa conserva una atmósfera medieval que invita a callejear con calma. Desde la Plaza del Portal, donde se ubica el ayuntamiento en un edificio del siglo XVIII, hasta la emblemática Iglesia de la Puríssima Xiqueta, cada rincón respira historia. No faltan paradas obligadas como la Casa Museo Abargues, que mantiene la estética y mobiliario de las casas nobles de los siglos XVIII y XIX, o la Casa de Juan Vives, ligada a una de las tradiciones más queridas del pueblo.

La belleza natural del entorno y la transparencia del agua hacen de este litoral uno de los más atractivos de la provincia. Cada playa tiene su encanto: algunas son ideales para el baño tranquilo, otras para el snorkel, y todas invitan a detenerse, mirar al horizonte y disfrutar del sonido del mar.

  • Playa de La Fustera: la más amplia y accesible de Benissa, con arena fina, aguas cristalinas y rodeada de pinos. Cuenta con todos los servicios, ideal para familias y perfecta para deportes como paddle surf o snorkel.
  • Cala Pinets: una cala pequeña y tranquila, con mezcla de arena y roca, rodeada de naturaleza. Desde aquí se puede caminar hasta la Mar Morta i Roques Negres, un paraje rocoso muy singular.
  • Cala de l’Advocat: protegida por un espigón y dominada por el acantilado El Cantalar, es ideal para un baño relajado. Tiene zona de arena y cantos rodados, y chiringuito en temporada alta.

Qué hacer en Benissa: naturaleza, deporte y vida local

Benissa es un destino perfecto para los amantes del aire libre. Su Paseo Ecológico permite hacer rutas de senderismo junto al mar, conectando diferentes calas a través de senderos que serpentean entre acantilados y pinos moldeados por el viento. Asímismo, también se puede disfrutar de la Sierra de Bèrnia que ofrece itinerarios más exigentes con vistas espectaculares desde el Forat o el Fortín de Bèrnia. También es posible practicar paddle surf, kayak o snorkel en sus calas, gracias a la calidad y transparencia de sus aguas.

Los turistas también pueden visitar el mercado semanal que transforma el centro en un colorido bullicio de frutas, verduras, embutidos, ropa y productos típicos. Y para quienes buscan una experiencia más auténtica, el Mercat dels Portxes, cada sábado de 08:00 a 13:30 horas, apuesta por los productos de proximidad y la tradición. El atardecer desde alguno de los miradores de la costa o sobre las rocas de alguna cala es la mejor forma de acabar el día: un plan sencillo, pero difícil de olvidar.

Quienes buscan desconectar en Semana Santa sin aglomeraciones y con el Mediterráneo como escenario, tienen una opción menos conocida pero igual de espectacular en la provincia de Alicante. A medio camino entre destinos turísticos masificados y el interior montañoso, este rincón guarda un equilibrio perfecto entre tradición, naturaleza y mar. Sus paisajes combinan abruptos acantilados con frondosos pinares que llegan casi hasta la orilla, y una costa salpicada de pequeñas calas donde el agua luce un azul tan cristalino que parece irreal.

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