Descubre el pueblo de España de menos de 500 habitantes con pozas termales de acceso gratuito: oculta un gran tesoro paleontológico bajo sus pies
Se construyeron tres piscinas de piedra junto al balneario, justo donde el agua emerge con una alta concentración de minerales. Este sistema impide que el agua fría entre, permitiendo su renovación constante
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Uno de los destinos más singulares del turismo termal en España se esconde entre las montañas riojanas, donde un pequeño pueblo ofrece aguas minerales calientes al aire libre, sin coste alguno, durante todo el año. Lo que pocos imaginan es que este rincón, además de salud y relax, guarda bajo tierra uno de los mayores legados paleontológicos de La Rioja.
Se trata de Arnedillo, un municipio con apenas 450 habitantes, situado a orillas del río Cidacos, famoso por sus pozas termales gratuitas. A cualquier hora del día, es posible sumergirse en sus tres piscinas naturales de piedra, donde el agua brota a más de 50 °C tras recorrer miles de metros bajo tierra. Este circuito natural de calor y frío se completa con un chapuzón en las aguas del río, creando una experiencia de contraste que muchos consideran terapéutica.
Las pozas, situadas a solo unos metros del centro del pueblo, son alimentadas por un manantial de aguas hipertermales ricas en minerales como sodio, calcio, hierro o silicio. Su acceso es libre y están abiertas 24 horas al día. Todo está acondicionado para el visitante: duchas, aparcamiento y carteles informativos que aconsejan cómo sacar el máximo beneficio del baño termal. A escasa distancia también se encuentra el balneario, para quienes prefieren una experiencia más sofisticada.
Huellas de gigantes extintos y cuevas milenarias
Bajo la superficie de este enclave saludable se extiende un paisaje aún más fascinante. Las laderas que rodean Arnedillo conservan huellas fósiles de dinosaurios, conocidas como icnitas, que se formaron hace más de 200 millones de años, cuando la zona era una mezcla de lagunas salobres y ríos de agua dulce. El terreno arcilloso permitió que estos rastros prehistóricos quedaran impresos para la eternidad, convertidos hoy en uno de los grandes tesoros paleontológicos de la región.
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Además, a pocos kilómetros, el visitante puede explorar las Cuevas del Ajedrezado, un conjunto rupestre excavado entre los siglos V y X. Estas cuevas fueron refugio de eremitas y después se transformaron en monasterios primitivos. Arnedillo no solo es sinónimo de relax, sino también de historia, naturaleza y un sorprendente viaje al pasado, todo ello al alcance de quienes buscan algo más que un simple baño caliente.
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