Es noticia
Descubre el pueblo de España donde las calles no tienen nombre: con tan solo 8 vecinos y en Castilla-La Mancha
  1. Viajes
Tan solo lo tiene su plaza

Descubre el pueblo de España donde las calles no tienen nombre: con tan solo 8 vecinos y en Castilla-La Mancha

Sus habitantes se orientan sin necesidad de poner una placa en este curioso municipio del Señorío de Molina, en la provincia de Guadalajara

Foto: Descubre el pueblo de España donde las calles no tienen nombre. (Torremochuela.com)
Descubre el pueblo de España donde las calles no tienen nombre. (Torremochuela.com)

Ocupa menos de 18 kilómetros cuadrados, conserva un aire medieval y es tan tranquilo que las prisas no tienen cabida. Pero hay un detalle aún más curioso: sus calles carecen de nombres. Quien lo visita debe orientarse sin señales, y eso forma parte de su singular encanto.

Foto: Viaja al interior de la tierra visitando estas cuevas-bodegas. (Ruta del Vino Méntrida-Toledo)

Hablamos de Torremochuela, un minúsculo municipio de Guadalajara, en plena comarca del Señorío de Molina, que hoy apenas cuenta con ocho habitantes. A pesar de su tamaño, o precisamente por él, se ha convertido en uno de los rincones más peculiares de la España rural. Su historia se remonta a la Edad Media, y su topónimo procede de la unión entre "torre" y "mochuela", diminutivo de "mocha", que alude a lo pequeño.

Las calles no tienen nombre y sus vecinos no lo necesitan

No hay callejero ni hace falta. Sus vecinos se orientan mediante referencias personales: 'la casa de Alfonso', 'la esquina del horno viejo' o 'la bajada hacia el barranco'. Solo una placa oficial da fe de una ubicación: la Plaza de la Reina María Cristina, situada junto a la iglesia. Esta forma de moverse refuerza el vínculo entre quienes comparten el día a día en uno de los pueblos más pequeños de Castilla-La Mancha.

Entre sus mayores encantos destaca el silencio, la conexión con la naturaleza y una propuesta insólita: la ‘Guía inútil de turismo rural’, elaborada por dos de sus residentes. En ella se mezclan humor y amor por el entorno. Además de paseos por el Barranco del Vallejo del Rebollo o ascensos al Picaño, Torremochuela se llena de vida en agosto, cuando sus fiestas patronales congregan a visitantes de los pueblos cercanos. Una joya rural sin nombres, pero con mucha identidad.

Ocupa menos de 18 kilómetros cuadrados, conserva un aire medieval y es tan tranquilo que las prisas no tienen cabida. Pero hay un detalle aún más curioso: sus calles carecen de nombres. Quien lo visita debe orientarse sin señales, y eso forma parte de su singular encanto.

Guadalajara
El redactor recomienda