La playa secreta de España que es una joya escondida y muy pocos conocen: de arena blanca y perfecta para Semana Santa
La playa es todo un oasis para disfrutar de la tranquilidad, aunque para llegar a ella hay que completar una ruta de unos 40 minutos por un sendero único
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La Semana Santa es, sin duda alguna, uno de los momentos más esperados del año para desconectar de todo y disfrutar de una merecida escapada. Muchas personas aprovechan estos días para viajar a la costa y disfrutar del sol, el mar y la tranquilidad que ofrecen algunas de las mejores playas del país. Y aunque es cierto que en España existen numerosas opciones paradisíacas, hay un rincón especial que todavía pasa desapercibido para la mayoría. Se trata de un oasis de arena blanca y aguas cristalinas, ideal para quienes buscan una experiencia única lejos de las multitudes.
Ubicada en la isla de Lanzarote, la Playa del Bajo Risco es un verdadero tesoro natural que pocos conocen. Esta joya escondida se encuentra justo al pie del acantilado de Famara y ofrece un entorno espectacular en el que el Atlántico despliega una gama de azules sorprendentes. Su acceso no es el más sencillo, pero quienes se animan a descubrirla son recompensados con un paisaje de ensueño y una paz difícil de encontrar en otras zonas turísticas más concurridas.
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Llegar hasta esta playa supone una pequeña aventura. La opción más popular es descender a pie desde el pueblo de Yé, siguiendo el sendero de Los Gracioseros, que en aproximadamente 40 minutos lleva hasta la arena dorada de Bajo Risco. Es un camino que zigzaguea por la ladera del acantilado, con vistas impresionantes del Archipiélago Chinijo y La Graciosa. Otra alternativa es acceder en barco desde Órzola o la propia La Graciosa, lo que permite admirar la costa desde el mar antes de llegar a este pequeño paraíso.
Eso sí, el esfuerzo del trayecto se ve compensado. La playa ofrece un entorno de total desconexión, donde solo se escucha el sonido de las olas y el viento. Su arena fina y dorada invita a relajarse bajo el sol, mientras que el mar, de aguas cristalinas y generalmente calmadas, es perfecto para nadar. La sensación de estar en un rincón remoto y virgen convierte la visita en una experiencia inolvidable.
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Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, la ruta hasta Bajo Risco es una oportunidad perfecta para combinar actividad física con el disfrute de un entorno inigualable. Es recomendable llevar calzado adecuado, ya que el camino tiene piedras y tramos irregulares. También es importante llevar suficiente agua y algo de comida, puesto que la playa no cuenta con servicios ni chiringuitos. Esto forma parte de su encanto, ya que mantiene su carácter salvaje y exclusivo.
Además del baño y la relajación, quienes visitan Bajo Risco pueden aprovechar para explorar los alrededores. Muy cerca de la playa se encuentran pequeñas calas y formaciones rocosas que crean un paisaje digno de postal. Las vistas desde el sendero de regreso son otro de los grandes atractivos, ya que permiten contemplar el océano y las islas cercanas desde una perspectiva única.
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