La curiosa historia de la única y desconocida pirámide de España: de 20 metros y monumento funerario fascista italiano

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En un punto estratégico de la geografía española, una estructura de 20 metros de altura resiste el paso del tiempo. Su presencia contrasta con el paisaje que la rodea, donde el silencio y el olvido parecen haberse adueñado del lugar. A pesar de su singularidad, pocos conocen la historia que esconde este monumento, cuyo origen se remonta a uno de los episodios más oscuros del siglo XX en España.

Un mausoleo con una simbología fascista

Se trata de la Pirámide de los Italianos, construida en 1939 en el Puerto del Escudo, entre Burgos y Cantabria, para honrar a los soldados italianos que combatieron junto al bando sublevado durante la Guerra Civil española. Este monumento funerario, inspirado en la Pirámide Cestia de Roma, reflejaba la alianza entre una parte de España e Italia en aquellos años. En su interior, albergaba los restos de cerca de 400 combatientes que murieron en la batalla que se libró en la zona.

El mausoleo, diseñado por el arquitecto Attilio Radic, presenta una estructura escalonada con elementos característicos del racionalismo arquitectónico de la época. En sus paredes, se podían leer inscripciones y símbolos de carácter fascista, entre ellos la palabra “Presente”, repetida tres veces, una consigna utilizada para honrar a los caídos en combate. Con el tiempo, muchos de estos elementos fueron desapareciendo debido al expolio y la acción del clima.

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Sara Castellanos

Un monumento abandonado

A partir de la década de 1970, la mayoría de los restos fueron trasladados a otros lugares, como la Iglesia de San Antonio de Padua en Zaragoza o cementerios en Italia. Desde entonces, la pirámide quedó en desuso, perdiendo su función original y convirtiéndose en un vestigio arquitectónico sin mantenimiento. Durante las últimas décadas, ha sido víctima de saqueos, vandalismo y el desgaste natural.

En 2024, hace ahora un año, la Junta de Castilla y León declaró la Pirámide de los Italianos como Bien de Interés Cultural, lo que supone un reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico. Sin embargo, el debate sobre su conservación sigue abierto, ya que algunos sectores consideran que debe ser eliminada por su simbolismo, mientras que otros defienden su permanencia como parte del patrimonio histórico.