El pueblo de cuento asturiano con el "doble de hórreos que de habitantes" y un tejo milenario que protege el alma de los difuntos

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Las aldeas escondidas entre los paisajes montañosos de Asturias guardan historias que parecen sacadas de otro tiempo. Algunas, además de conservar su esencia rural, atesoran un patrimonio único que las convierte en auténticos museos al aire libre. Bermiego, una pequeña localidad del concejo de Quirós, es un claro ejemplo de ello, con más de 30 hórreos y paneras que superan en número a sus propios habitantes. Sin embargo, su mayor emblema no es solo arquitectónico, sino un ser vivo que ha desafiado el paso de los siglos.

El Teixu l'Iglesia (así se le conoce popularmente) es mucho más que un árbol. Con más de mil años de antigüedad, este imponente tejo ha sido testigo de la historia del pueblo y forma parte del legado cultural asturiano. Su ubicación junto a la iglesia de Santa María, del siglo XV, no es casualidad. En la tradición celta, el tejo simbolizaba la conexión entre la vida y la muerte, un vínculo que pervive en la creencia de que las almas de los difuntos permanecen entre sus raíces. Declarado Monumento Natural en 1995, este ejemplar de Taxus baccata alcanza los 15 metros de altura y siete de perímetro, proyectando una sombra que ha cobijado generaciones enteras.

Bermiego, situado a unos 700 metros de altitud y abrazado por las montañas de la Sierra del Aramo, conserva un entramado urbano que parece detenido en el tiempo. Sus hórreos y paneras, algunos fechados entre los siglos XV y XVI, destacan por sus tallas ornamentales en madera, propias del estilo Villaviciosa. Además de su arquitectura tradicional, el pueblo alberga pequeñas joyas patrimoniales como la capilla de San Antonio y la ermita de la Merced, sin olvidar su iglesia, cuya historia se entrelaza con la del tejo milenario.

Cómo llegar a Bermiego

A pesar de la despoblación que afecta a muchas aldeas rurales, este pueblo, que cuenta con 61 habitantes, según datos del INE, sigue latiendo gracias a su patrimonio y al vínculo emocional de sus vecinos con la tierra. No es solo el tejo el que mantiene vivas las raíces de Bermiego, sino también la memoria de quienes partieron y siguen preguntando por el árbol que marcó su infancia.

A pesar de su tamaño, este rincón quirosano es un destino ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. Su cercanía al Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa permite explorar parajes de gran belleza, como el Desfiladero de las Xanas, una ruta que discurre entre paredes de roca caliza y frondosos bosques. Acceder a Bermiego supone un viaje a un mundo donde las tradiciones y la historia siguen vivas, custodiadas por la mirada eterna de su tejo milenario.

Si viajas desde Oviedo, el trayecto se prolonga alrededor de 50 minutos por la carretera AS-228. Desde León, el viaje se extiende a aproximadamente 1 hora y 45 minutos, siguiendo las rutas CL-623 y AP-66. Si sales desde Madrid, el trayecto en coche dura 4 horas y 41 minutos, desde la A-6.