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Aitana a través de sus raíces: descubre el pueblo cerca de Barcelona que vio nacer a la cantante y te invita a pasear por sus cerezos en flor
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SE VISTE DE GALA EN PRIMAVERA

Aitana a través de sus raíces: descubre el pueblo cerca de Barcelona que vio nacer a la cantante y te invita a pasear por sus cerezos en flor

Netflix estrena este viernes el documental 'Metamorfosis', dirigido por Chloé Wallace y producido por Komodo Studio, donde la cantante catalana se abre en canal y muestra su lado más personal

Foto: La comarca del Baix Llobegrat, a la que pertenece el pueblo de Aitana, produce la mitad de las cerezas de Cataluña. (Aigues de Barcelona/Europa Press)
La comarca del Baix Llobegrat, a la que pertenece el pueblo de Aitana, produce la mitad de las cerezas de Cataluña. (Aigues de Barcelona/Europa Press)

Acaba de aparecer por sorpresa en el concierto de Amaia Romero, su "compi" de box y locuras en Operación Triunfo, en el Movistar Arena de Madrid (antiguo WiZink Center) para cantar por primera vez en directo La canción que no quiero cantarte, y continúa cosechando éxitos con su corta pero prometedora carrera musical. Disco de Oro, nueva era con Alpha, donde explora un nuevo sonido, salto a Latinoamérica, su paso por los Premios Grammy, y colaboraciones con artistas como Sam Smith, Quevedo o Morat. No hay nada que se le resista a Aitana, aquella joven que comía sanjacobos en la Academia y lucha con todas sus fuerzas por dejar sus inseguridades fuera del escenario cada vez que se enfrenta a un nuevo concierto. Se lo debe a su público.

Catalogada como estrella pop por derecho, Aitana atraviesa su propio estado de la floración, como esos almendros en flor que ya lucen en las calles de su pueblo natal. Para entender su metamorfosis (así se llama la docuserie que se estrena este viernes en Netflix) necesitamos remontarnos a su infancia y viajar al lugar que le vio nacer y jugar con sus primos cuando tan solo era una niña, donde solo cantaba en fiestas familiares, y aún nadie se había percatado de su potencial. Solo en la intimidad, sus padres, Belén y Cosme, sabían que tenía ese "ángel" del que ahora millones de personas son testigos, y que todos deben cuidar para que no se extinga, instaurando la cultura del respeto y la empatía.

Ubicado en la comarca del Baix Llobregat, a solo 20 kilómetros de Barcelona, Sant Climent de Llobegrat se encuentra en el valle de las rieras de Les Comes, Querol y Salom, rodeado por un paisaje montañoso que incluye las sierras de Sant Ramon (sobre esta se erige la ermita del mismo nombre), Pedres Blanques, Coll de la Creu, Costa Fustera y el Padró. La villa conserva el encanto de las tierras que un día fueron fértiles y estaban cubiertas por viñedos. En el siglo XIX, la filoxera destruyó todos los cultivos. Fue entonces cuando los agricultores de la zona decidieron plantar cerezos. Cuando la primavera se abre paso, los campos se llenan de un intenso color rosado que lleva al viajero a disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, y dejar a un lado el letargo invernal.

¿Qué visitar en Sant Climent de Llobregat?

El Baix Llobregat destaca como el mayor productor de cerezas en la provincia de Barcelona, acumulando la mitad de la cosecha de esta fruta. La producción se centra en la parte central y norte de la comarca. Este es el caso de Sant Climent, que organiza su tradicional Feria de la Cereza durante el mes de mayo. Los primeros asentamientos humanos en la zona se localizan en las montañas de Sant Ramon, pertenecientes a un antiguo poblado ibérico.

Prueba la tarta Sacher de cerezas en El Racó

El bautizado como "pueblo de la cereza" aún conserva el campanario de la primera iglesia edificada en el año 1085, que es de gran interés, ya que es el único campanario de torre de estilo románico que queda en toda la comarca.

La iglesia actual ha sufrido varios contratiempos a lo largo de su historia, como el incendio de su altar barroco durante la Guerra Civil. Hoy en día, la rectoría alberga un museo etnológico, el Museu d'eines del Pagès, donde se muestran herramientas de labranza. Se dice que en estas estancias de estilo gótico, Pedro el Grande descansó en su camino a Salou antes de emprender su conquista.

placeholder Cerezos en flor en Sant Climent de Llobregat. (Flickr)
Cerezos en flor en Sant Climent de Llobregat. (Flickr)

Además, para los amantes del senderismo, una parada obligada es el Camí Ral, principal arteria de comunicación durante la Edad Media que conectaba el Llobegrat con el Penedès, y que constituía un "atajo natural respecto a la larga vía que comunicaba Barcelona con Tarragona siguiendo la antigua Vía Augusta romana", tal y como apunta el portal de turismo de Baix Llobregat.

La jornada no puede terminar sin hacer una visita al restaurante El Racó (calle Pocafarina, 20), regentado por "el chef de las cerezas" Gerard Solís e incluido en la prestigiosa Guía Michelin. Se trata de un negocio familiar de segunda generación que busca sumar comensales con su apuesta por la cocina tradicional catalana con especialidades como el pollo de pata azul (raza Prat), la butifarra a la brasa, los garbanzos de montaña con langosta o, en un homenaje al producto estrella del pueblo, la tarta Sacher de cereza con sorbete de cereza.

Acaba de aparecer por sorpresa en el concierto de Amaia Romero, su "compi" de box y locuras en Operación Triunfo, en el Movistar Arena de Madrid (antiguo WiZink Center) para cantar por primera vez en directo La canción que no quiero cantarte, y continúa cosechando éxitos con su corta pero prometedora carrera musical. Disco de Oro, nueva era con Alpha, donde explora un nuevo sonido, salto a Latinoamérica, su paso por los Premios Grammy, y colaboraciones con artistas como Sam Smith, Quevedo o Morat. No hay nada que se le resista a Aitana, aquella joven que comía sanjacobos en la Academia y lucha con todas sus fuerzas por dejar sus inseguridades fuera del escenario cada vez que se enfrenta a un nuevo concierto. Se lo debe a su público.

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