Has pasado por delante y no lo sabías: las 3 joyas escondidas de Sevilla que quizá aún no conozcas

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Sevilla es una ciudad donde la historia y la tradición se entrelazan en cada rincón, pero todavía esconde lugares que permanecen fuera de las rutas más concurridas. Entre callejuelas y monumentos reconocidos, existen espacios con un valor patrimonial excepcional que aún no han sido descubiertos por el turismo masivo.

Un refugio de tranquilidad en el centro de la ciudad

Uno de estos tesoros es la Plaza del Cabildo, un enclave semicircular situado en el barrio del Arenal, muy cerca de la Catedral. Rodeada de edificaciones históricas, este lugar se levanta sobre lo que fue el Colegio de San Miguel. Su arquitectura elegante, la presencia de un fragmento de la muralla almohade del siglo XII y su mercadillo de antigüedades la convierten en un espacio único donde el tiempo parece detenerse.

El Palacio de las Dueñas, actual residencia sevillana de la Casa de Alba, es otra joya por descubrir. Construido entre los siglos XV y XVI, su interior deslumbra con una combinación de estilos gótico-mudéjar y renacentista. Sus patios repletos de vegetación, el mobiliario de época y su imponente colección de arte lo convierten en un monumento imprescindible. Además, este palacio fue el lugar de nacimiento del célebre poeta Antonio Machado, sumando un atractivo cultural a su visita.

Por último, la Basílica de la Macarena es un emblema de la fe sevillana. Construida en 1949 para albergar a la Virgen de la Esperanza Macarena, esta iglesia de estilo barroco andaluz es uno de los puntos clave de la Semana Santa. Su retablo dorado y su rica ornamentación interior realzan el fervor que despierta entre sus devotos y visitantes.