Descubre ‘la pequeña Venecia’ de la Alcarria: un precioso y desconocido pueblo de España

• La ermita de esta provincia de España en la que “el diablo no se atreve a entrar”, según National Geographic
• La desconocida joya del Románico que guardan 13 vecinos en España: un tesoro reconocido por National Geographic

Comparar este enclave con la icónica Venecia puede resultar exagerado, pero lo cierto es que el agua define su esencia. Un río cruza su casco urbano, dividiéndolo en dos y creando un pintoresco paisaje donde varios puentes de piedra conectan ambas orillas. Además, en sus alrededores se encuentra Aguaspeña, un espectacular paraje natural donde el agua brota entre las rocas formando una hermosa cascada, convirtiéndose en uno de los lugares más fotografiados de la zona.

Este rincón de la provincia de Guadalajara es Checa, un pequeño municipio con apenas 271 habitantes que forma parte del Parque Natural del Alto Tajo. Su arquitectura tradicional, sus calles empedradas y su entorno montañoso lo convierten en un destino ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza. El río Genitoris, que atraviesa el pueblo, ha sido el responsable de que en un reportaje televisivo se le apodara 'la pequeña Venecia', un nombre que ha llamado la atención sobre este enclave único.

Más allá de su entorno natural, Checa cuenta con un interesante patrimonio histórico. Su iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, data del siglo XVII y se encuentra junto a antiguas casas solariegas que aún conservan la esencia de tiempos pasados. La Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento del siglo XVIII, es otro de los puntos clave de su casco urbano. Además, en este municipio se encuentra el Museo de la Trashumancia, un espacio dedicado a la importancia histórica de la ganadería en la región.

Para los amantes del senderismo, Checa ofrece diversas rutas que recorren el Parque Natural del Alto Tajo. Caminos como el GR-10 o el Camino Natural del Alto Tajo permiten explorar su riqueza geológica y paisajística. Además, su gastronomía es otro de sus grandes atractivos, con platos tradicionales como los galianos, una receta de origen pastoril elaborada con patata, cebolla y panceta, ideal para reponer fuerzas tras una jornada de exploración.