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Ni el alcázar de Segovia ni el palacio de Astorga: el castillo que un americano quiso desmontar piedra a piedra para llevar a Estados Unidos
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Ofreció por él 14 millones de pesetas

Ni el alcázar de Segovia ni el palacio de Astorga: el castillo que un americano quiso desmontar piedra a piedra para llevar a Estados Unidos

Una imponente fortaleza medieval estuvo a punto de desaparecer del mapa español tras una sorprendente oferta llegada desde el otro lado del Atlántico. Pero un inesperado giro de los acontecimientos frustró el ambicioso plan

Foto: El castillo que un americano quiso desmontar piedra a piedra. (Diputación de Salamanca)
El castillo que un americano quiso desmontar piedra a piedra. (Diputación de Salamanca)

Un ambicioso proyecto surgió en el siglo XX con la intención de trasladar, piedra a piedra, una imponente fortaleza medieval a otro continente. La oferta millonaria que pretendía convertir esta construcción en un reclamo turístico en Estados Unidos parecía imparable. Sin embargo, la firme decisión de un vecino impidió que este histórico enclave desapareciera del mapa español.

Foto: La curiosa historia de la catedral de esta ciudad de España cuya reja se exhibe en el MET de Nueva York. (The MET)

Se trata del castillo de San Felices de los Gallegos, una fortaleza situada en la frontera entre España y Portugal, dentro del Parque Natural de Arribes del Duero. Construido en el siglo XIII bajo el mandato del monarca portugués Dionisio I, esta estructura defensiva cambió de manos en varias ocasiones debido a su posición estratégica en la conocida como Raya. Sus gruesos muros de hasta cuatro metros de espesor y la reforma llevada a cabo en el siglo XV por los Reyes Católicos le permitieron resistir guerras y conflictos fronterizos, pero su mayor amenaza llegó en forma de una transacción internacional.

En la década de 1950, un grupo de inversores norteamericanos ofreció 14 millones de pesetas por la compra del castillo, con la intención de transportarlo piedra a piedra a su país. Sin embargo, el propietario en aquel momento, Ángel de Dios, quien había adquirido la fortaleza años antes para evitar su demolición, rechazó la oferta. En su lugar, propuso una alternativa: venderlo por la mitad del precio, con la condición de que fuera restaurado y permaneciera en su ubicación original. Los compradores declinaron la propuesta y el castillo quedó intacto en su emplazamiento.

Una donación que garantizó su conservación

Décadas después, en 2013, Francisco de Dios, hijo de Ángel, cumplió el deseo de su padre al donar el castillo al municipio, asegurando así su protección y puesta en valor. Actualmente, la fortaleza de San Felices de los Gallegos es uno de los principales atractivos de la zona, con un Aula de Interpretación que permite a los visitantes conocer su historia recorriendo sus pasadizos y salas interiores. Gracias a la determinación de una familia, este bastión defensivo sigue en pie, recordando su papel en la historia fronteriza de España.

Un ambicioso proyecto surgió en el siglo XX con la intención de trasladar, piedra a piedra, una imponente fortaleza medieval a otro continente. La oferta millonaria que pretendía convertir esta construcción en un reclamo turístico en Estados Unidos parecía imparable. Sin embargo, la firme decisión de un vecino impidió que este histórico enclave desapareciera del mapa español.

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