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Una joya escondida en Cantabria: así es la piscina natural que querrás visitar en Semana Santa para darte un chapuzón
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Una joya escondida en Cantabria: así es la piscina natural que querrás visitar en Semana Santa para darte un chapuzón

Este paraje, rodeado de impresionantes formaciones rocosas y un espigón, ofrece un espacio único para disfrutar de un chapuzón en aguas cristalinas, ubicado cerca de la localidad de Castro Urdiales y de la playa de Las Arenillas

Foto: Vista aérea del puerto de Arenillas, en Islares, Cantabria. (Youtube/@JCDron)
Vista aérea del puerto de Arenillas, en Islares, Cantabria. (Youtube/@JCDron)

En Cantabria, hay caprichosas formaciones geológicas que gobiernan los mares, dejando a los faros vigilantes en un segundo plano. Uno de los fenómenos más sorprendentes es el que se extiende a lo largo y ancho de la Costa Quebrada, declarada Geoparque Mundial, formando pequeños islotes y piscinas naturales que son imprescindibles para los turistas que se escapan a esta zona del norte de España.

La playa de la Arnía, situada entre los municipios de Piélagos y Santa Cruz de Bezana, es un ejemplo de flysch —así se llama a la formación de capas rocosas de origen sedimentario— que encadena una sucesión de imponentes acantilados y calas que aparecen y desaparecen según el vaivén de las mareas. Al llegar a este rincón de Liencres, la naturaleza virgen y abrasión salvaje dejan perplejos al visitante que siente la necesidad de apagar el móvil para admirar y centrar únicamente su mirada en este fenómeno tan pocas veces visto.

Las pozas naturales se forman en bajamar, dejando a la vista un lugar paradisíaco donde los bañistas disfrutan del batir de las olas, con las paredes rocosas que funcionan como atalayas gigantes. Este también es el caso de otro tesoro oculto en la costa cántabra, y no tan conocido como el que se expande dentro del Parque Geológico de Costa Quebrada. Se trata de la piscina natural que asoma cerca de la playa de Las Arenillas, junto a la Ría de Oriñón y próxima al pueblo de Islares.

¿Qué visitar en los alrededores?

Situada a tan solo unos minutos de Castro Urdiales, esta joya natural se caracteriza por sus aguas cristalinas, que contrastan con las formaciones rocosas que la rodean. Los visitantes pueden disfrutar de la tranquilidad que ofrece este espacio, lejos del bullicio de las playas más concurridas. Sin duda, este puede ser un plan ideal durante las vacaciones de Semana Santa para las familias que quieran descubrir lugares únicos, donde puedan relajarse, nadar y contemplar el paisaje que brinda la costa cantábrica.

Además de darse un chapuzón, los viajeros podrán acercarse a conocer Castro Urdiales, la villa que concentra el mayor número de Bienes de Interés Cultural de Cantabria (un total de 20). Su núcleo histórico invita a perderse en un laberinto de callejuelas empedradas y viviendas marineras. Entre las arterias más animadas se encuentran Ardigales, La Rúa y La Correría, donde las terrazas se llenan de vida y sabor.

Un punto de interés arquitectónico que no pasa desapercibido es el puente medieval, a menudo confundido con uno romano, que conecta la Plaza del Ayuntamiento con el Paseo Marítimo. Este puente de un solo arco forma parte de un sistema de pasarelas que facilitaba el acceso a la Ermita de Santa Ana. Su singular estructura de piedra, que parece abrazar el mar, ofrece una imagen icónica del puerto de Castro Urdiales, con el agua fluyendo en un ambiente tranquilo.

Foto: La playa "fantasma" de Cantabria. (Turismo de Cantabria)

La Ermita de Santa Ana, construida sobre un peñón rocoso, es otro de los rincones imprescindibles de la localidad. Con vistas espectaculares del puerto y del casco urbano, este pequeño templo no solo tiene un valor religioso, sino que también es un importante punto de referencia para la tradición pesquera local. Los marineros acudían a ella para encomendarse antes de salir a faenar. Además, alberga un centro de interpretación con hallazgos arqueológicos que ofrecen una visión fascinante de la historia de la región, como el área que ocupó la antigua colonia romana de Flavióbriga.

Otras de las playas que merecen una visita son las de Ostende, situada en el núcleo urbano, y la playa de Brazomar. Para aquellos que buscan una experiencia más tranquila, las playas de Oriñón y Sonabia (nudista) ofrecen un entorno natural rodeado de acantilados y belleza paisajística.

En Cantabria, hay caprichosas formaciones geológicas que gobiernan los mares, dejando a los faros vigilantes en un segundo plano. Uno de los fenómenos más sorprendentes es el que se extiende a lo largo y ancho de la Costa Quebrada, declarada Geoparque Mundial, formando pequeños islotes y piscinas naturales que son imprescindibles para los turistas que se escapan a esta zona del norte de España.

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