El pueblo de cuento del Pirineo catalán que acapara las miradas de los turistas: protegido por dos castillos y con un aire medieval

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Ubicado en el corazón del Val d'Aran, hay una joya del Pirineo catalán que enamora a los visitantes con su esencia medieval y su entorno natural privilegiado. Este pintoresco pueblo, de apenas 1.100 habitantes, conserva el encanto de la historia en sus calles empedradas y se encuentra rodeado de montañas y bosques que lo protegen como una alcazaba natural. Pero lo que realmente lo distingue es la presencia de dos antiguas fortalezas que, siglos atrás, fueron clave en la defensa del territorio, además de su proximidad con la frontera francesa.

Su legado histórico se percibe en cada rincón, destacando la iglesia dera Mair de Diu dera Purificacion, un tesoro del románico aranés declarado Bien Cultural de Interés Nacional. A orillas del río Garona, el paseo Eth Grauèr ofrece un espacio perfecto para recorrer el casco antiguo, donde los visitantes pueden descubrir construcciones con aire afrancesado, antiguos lavaderos y una vibrante oferta comercial y gastronómica. Además, la Ruta de las 7 Ermitas Protectoras, un recorrido de origen medieval, sigue atrayendo a quienes buscan conectar con la historia y la tradición del valle.

El pasado defensivo de Bossòst cobra protagonismo con los restos del castillo de Casteret, una torre de vigilancia que aún se alza en una colina cercana, y con el castillo de Era Castèra, una antigua fortificación que tuvo un papel crucial en la protección del territorio frente a incursiones extranjeras. Estas estructuras, sumadas a las capillas y el trazado del pueblo, refuerzan la imagen de un enclave de cuento, perfecto para quienes buscan una escapada diferente en cualquier época del año.

Rutas y actividades para todos los gustos

Además de su historia, el pueblo es un punto clave para el turismo activo. Senderismo, rutas en bicicleta y deportes de aventura en el Garona son algunas de las opciones que complementan la experiencia de quienes visitan Bossòst. Para los amantes de la gastronomía, la fusión de la cocina aranesa con influencias francesas permite degustar platos tradicionales como la pitxana o las coles rellenas de carne.

Este rincón del Pirineo catalán sigue cautivando a quienes buscan naturaleza, historia y tradición en un mismo destino. Con su herencia medieval, su entorno montañoso y su oferta turística, Bossòst se consolida como uno de los pueblos más fascinantes del Val d'Aran, una parada obligada para quienes desean descubrir la esencia del Pirineo en su máxima expresión.