Viaja a una villa romana sin salir de España en este yacimiento oculto en Cantabria: situada sobre una colina y coronada por tres domus
Situada en Retortillo, sobre una colina con vistas al valle del Besaya, este fascinante yacimiento arqueológico desvela el lujo de sus tres domus principales, el dinamismo de su foro y las huellas de un pasado que marcó la historia de la región
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa4d%2Fbfa%2Fd2f%2Fa4dbfad2feedfe84bacf76ac1bb1893c.jpg)
- La antigua residencia de verano de los reyes en Santander que se alza sobre el mar y acogió a músicos transgresores de los 80: así ha cambiado
- Los 3 rincones más mágicos de la Costa Quebrada, declarada recientemente Geoparque Mundial de la UNESCO
Julióbriga, el enclave romano más destacado de Cantabria, conserva entre sus ruinas el legado de una civilización que marcó profundamente la historia de la península ibérica. Este yacimiento arqueológico, ubicado en la localidad de Retortillo, en el municipio de Campoo de Enmedio, se alza sobre una colina desde la que se domina el paisaje del valle del Besaya, donde también hay restos de calzadas romanas. Un lugar donde el pasado y el presente se encuentran, ofreciendo una experiencia única para quienes buscan descubrir las huellas de Roma sin salir de España.
Fundada tras las Guerras Cántabras, Julióbriga simbolizó la victoria del Imperio Romano sobre las tribus locales que resistieron con ferocidad durante años. Su nombre, otorgado por el emperador Augusto, refleja la vinculación con la dinastía Julia, consolidando su importancia en la región. Con una ubicación estratégica junto a las principales vías de comunicación de la época, esta ciudad se convirtió en un núcleo comercial clave entre la Meseta y el mar Cantábrico.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0a1%2F05c%2F178%2F0a105c1783d35742d7dd039112ccf840.jpg)
Declarada Zona Arqueológica en 2022, el urbanismo de Julióbriga muestra una perfecta adaptación al entorno. Las calles, organizadas según la topografía, albergan edificaciones que combinan elementos de las tradicionales casas cántabras con las influencias romanas. Entre sus principales atractivos destacan las tres domus que coronan el yacimiento: la Casa de los Mosaicos, la Casa de los Morillos y la domus del sector de La Llanuca. Estas viviendas, propias de las élites locales, reflejan el lujo y la funcionalidad que caracterizaban la arquitectura romana.
Tras las huellas romanas en Cantabria
La Casa de los Mosaicos, llamada así por los fragmentos de teselas hallados en su interior, sorprende por contar con un hipocausto, un sistema de calefacción subterráneo que garantizaba el confort en los fríos inviernos cántabros. Por su parte, la Casa de los Morillos presenta un atrium central que iluminaba las estancias y recogía el agua de lluvia, un diseño clásico de las villas romanas adaptado al clima del norte peninsular. En La Llanuca, la tercera domus ofrece una visión del esplendor de los primeros momentos de la ciudad, con su patio porticado rodeado de columnas, aunque posteriormente modificado para protegerse de las inclemencias del tiempo.
No todos los habitantes de Julióbriga disfrutaron de este lujo. En los sectores periféricos se han encontrado viviendas más humildes, conocidas como "casas bloque", construidas con materiales sencillos como piedra y adobe. Estas casas, que carecían de patio central, se organizaban en torno a corrales exteriores que combinaban funciones agrícolas y ganaderas, reflejando el estilo de vida rural de una parte significativa de la población.
El foro, situado en el centro del yacimiento y parcialmente oculto bajo la iglesia románica de Santa María de Retortillo, fue el corazón administrativo y religioso de Julióbriga. Aunque el templo de Júpiter que lo presidía apenas deja entrever sus cimientos, los arqueólogos han identificado numerosos elementos que apuntan a su importancia en la vida cotidiana de la ciudad.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F543%2Fec1%2Fb11%2F543ec1b114eee734dee71cf2c70898b7.jpg)
La reconstrucción de una casa-Domus en Julióbriga permite adentrarse en la vida de una familia de clase media-alta de hace 2.000 años. Ubicada en Retortillo, al sur de Cantabria, esta villa romana ofrece a los visitantes la oportunidad de recorrer estancias como el atrium (patio interior), el lararium (altar), la culina (cocina) y el triclinium (salón-comedor). Aunque solo se ha excavado entre el 5 y el 10% del sitio, cada visita guiada revela detalles fascinantes sobre la vida cotidiana en la época romana.
Las visitas guiadas y talleres didácticos son una excelente manera de aprender sobre el contexto histórico de este importante asentamiento. Los horarios varían según la estación, ofreciendo mayor flexibilidad en verano, y el precio de la entrada es de 8 euros para mayores de 13 años, con tarifas reducidas por 4 euros.
A pesar de su abandono en el siglo III, este enclave sigue fascinando a historiadores y visitantes por igual. Su conservación, a cargo de diversas instituciones como el Gobierno de Cantabria, permite recorrer sus calles, contemplar las ruinas de las domus y descubrir cómo vivieron las comunidades que allí residieron. El yacimiento, además, ofrece visitas guiadas que conectan a los visitantes con un pasado que, aunque lejano, sigue presente en cada piedra.
Además, la proximidad de encantadores pueblos como Bárcena Mayor, Carmona, Riocorvo y Potes complementa la experiencia, haciendo de Julióbriga un destino perfecto para aquellos que desean combinar historia y belleza natural en una sola visita. La riqueza cultural de la zona, unida a su impresionante legado romano, convierte a este sitio en un lugar de interés de visita obligada para los amantes de la historia y la arqueología.
- La antigua residencia de verano de los reyes en Santander que se alza sobre el mar y acogió a músicos transgresores de los 80: así ha cambiado
- Los 3 rincones más mágicos de la Costa Quebrada, declarada recientemente Geoparque Mundial de la UNESCO
Julióbriga, el enclave romano más destacado de Cantabria, conserva entre sus ruinas el legado de una civilización que marcó profundamente la historia de la península ibérica. Este yacimiento arqueológico, ubicado en la localidad de Retortillo, en el municipio de Campoo de Enmedio, se alza sobre una colina desde la que se domina el paisaje del valle del Besaya, donde también hay restos de calzadas romanas. Un lugar donde el pasado y el presente se encuentran, ofreciendo una experiencia única para quienes buscan descubrir las huellas de Roma sin salir de España.