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El pueblo medieval en Cataluña de menos de 50 habitantes que es ideal para los amantes de la montaña: con pinturas rupestres y muchas sorpresas
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El pueblo medieval en Cataluña de menos de 50 habitantes que es ideal para los amantes de la montaña: con pinturas rupestres y muchas sorpresas

Este rincón de la Conca de Barberà esconde tesoros desconocidos por los turistas y rutas de senderismo que ofrecen paisajes inolvidables como telón de fondo

Foto: Imagen de Rojals, el núcleo urbano a mayor altitud de la provincia de Tarragona. (Escapada Rural)
Imagen de Rojals, el núcleo urbano a mayor altitud de la provincia de Tarragona. (Escapada Rural)

En las alturas de las montañas de Prades, Rojals se erige como un enclave único para quienes buscan historia, naturaleza y tranquilidad. Este pequeño pueblo de la Conca de Barberà, con menos de 50 habitantes, combina un rico patrimonio medieval con vestigios de la prehistoria, atrayendo a curiosos y excursionistas por igual.

Situado a 979 metros de altitud, Rojals es el núcleo habitado más alto de este espacio natural protegido. Sus raíces históricas se remontan a la Edad Media, pero su legado abarca mucho más. Durante la Guerra Civil, el pueblo sufrió ataques que dañaron algunos elementos, pero su estructura logró resistir. Hoy en día, pasear por Rojals es recorrer un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, invitando a la contemplación y el descanso.

Foto: La 'Danza de la Muerte' se representa en este pueblo del Baix Empordà de Girona (Fuente: iStock)

Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el municipio destaca por sus 15 conjuntos de pinturas rupestres, testimonio de la transición cultural entre recolectores y agricultores, que datan de entre el 9.000 y el 2.000 a.C. Estas escenas, que incluyen representaciones de caza, pastoreo y rituales, son accesibles a través de rutas guiadas o desde el Centro de Interpretación del Arte Rupestre, situado en Montblanc, que ofrece exposiciones interactivas y reproducciones a escala real.

Puntos de interés y cómo llegar a Rojals

La iglesia parroquial de Sant Salvador, construida en el siglo XII, es otro de los elementos distintivos del pueblo. Este templo románico, con modificaciones posteriores, conserva su esencia original en detalles como su bóveda de cañón y sillares regulares. Aunque no tiene culto regular, su historia y arquitectura son un atractivo para los amantes del arte sacro.

Más allá de su patrimonio histórico, Rojals es un paraíso para los aficionados al senderismo y la naturaleza. Las rutas que parten desde el pueblo ofrecen paisajes espectaculares, como la circular de 8 kilómetros que conecta los abrigos rupestres del Mas d'en Llort y el Mas de Ramon de Bessó. Estas caminatas, aptas incluso para familias, permiten descubrir los secretos geológicos y culturales de la región. Desde los riscos y barrancos que rodean el pueblo, las vistas panorámicas se extienden hasta los Pirineos en días despejados, ofreciendo un espectáculo único.

Acceder a Rojals requiere un viaje por carreteras serpenteantes que parten de Montblanc, que parten de Montblanc, a unos 12 kilómetros de distancia. Tras tomar la autopista AP-2 y salir en dirección a Montblanc, la carretera T-704 lleva a los visitantes hacia este enclave montañoso.

Aunque el trayecto incluye curvas pronunciadas, la belleza del paisaje compensa con creces el esfuerzo. Este rincón escondido de Cataluña, alejado de las multitudes, ofrece una experiencia auténtica con un aire medieval que parece detenido en el tiempo. Este pequeño pueblo de montaña, a solo dos horas en coche de Barcelona, es el lugar perfecto para quienes desean desconectar del bullicio urbano y conectar con la historia y la naturaleza en su estado más puro.

Rojals, con su atmósfera tranquila y su riqueza cultural, es un destino que sorprende y enamora a partes iguales. Tanto si eres un apasionado de la historia como un amante de la montaña, este rincón de Cataluña es ideal para visitar en cualquier época del año y te invita a descubrir un tesoro que pocos conocen.

En las alturas de las montañas de Prades, Rojals se erige como un enclave único para quienes buscan historia, naturaleza y tranquilidad. Este pequeño pueblo de la Conca de Barberà, con menos de 50 habitantes, combina un rico patrimonio medieval con vestigios de la prehistoria, atrayendo a curiosos y excursionistas por igual.

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