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El pueblo a menos de una hora y media de Madrid que tiene su propio Albaicín: uno de los más bonitos de España y con numerosas joyas escondidas
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El pueblo a menos de una hora y media de Madrid que tiene su propio Albaicín: uno de los más bonitos de España y con numerosas joyas escondidas

Un pueblo con un pasado fascinante y un barrio que está relacionado con Granada. Su legado histórico y su patrimonio lo convierten en un destino imprescindible a un paso de la capital

Foto: Barrio del Albaicín de este pueblo de la Alcarria. (Turismo de Pastrana)
Barrio del Albaicín de este pueblo de la Alcarria. (Turismo de Pastrana)

A poco más de una hora de la capital, existe un enclave con una historia fascinante que pocos conocen. Su origen está marcado por la llegada de un grupo de artesanos especializados, cuyo legado aún perdura en sus calles. Además de su importancia histórica, esta localidad alberga un patrimonio monumental de gran relevancia.

Se trata de Pastrana, en la provincia de Guadalajara, un pueblo con menos de mil habitantes que forma parte de la red de Los Pueblos Más Bonitos de España. Su historia está ligada a la nobleza y al auge de la industria textil en el siglo XVI, cuando se estableció un barrio con un nombre que remite a otro célebre rincón de España: el Albaicín. Aunque su apariencia difiere del homónimo granadino, su fundación responde a un fenómeno migratorio con gran impacto en la región.

El barrio morisco con historia propia

El Albaicín de Pastrana fue impulsado por Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, quien atrajo a cientos de moriscos tras la rebelión de las Alpujarras en 1570. Su propósito era fortalecer la producción de seda y tapices, un sector en expansión en la villa. Para ello, promovió la construcción de un barrio con un trazado cuadriculado, con la calle del Pilar como eje central y edificaciones de ladrillo, un material introducido por los moriscos. Durante años, este sector fue el epicentro del comercio textil, cuya influencia aún es visible en algunas estructuras originales.

Bajo la dirección del maestro tapicero Francisco Tons, el barrio se convirtió en un referente de la manufactura textil, produciendo tapices que hoy se exhiben en museos europeos. A pesar del paso del tiempo, el legado artesanal de esta comunidad sigue presente en la identidad de la localidad.

Más allá de su emblemático barrio, Pastrana alberga un conjunto monumental de gran relevancia. Destacan el Palacio Ducal, donde estuvo recluida la princesa de Éboli, y la Iglesia Colegiata, que resguarda una colección de tapices flamencos del siglo XV. Además, la localidad cuenta con dos conventos fundados por Santa Teresa de Jesús, que reflejan su legado espiritual en la villa.

El pueblo también ofrece la posibilidad de recorrer la Casa de Moratín, antigua residencia del escritor Leandro Fernández de Moratín, y otros espacios históricos como la Casa de la Inquisición y la Sinagoga. Estas edificaciones permiten sumergirse en el pasado de una localidad que fue testigo de importantes episodios históricos.

Para quienes deseen conocer este rincón de la Alcarria, los mejores momentos para visitarlo son durante sus festividades más destacadas. En abril se celebran Los Mayos, una tradición en la que las calles se adornan con cruces florales. En junio, la Fiesta Ducal transporta a los visitantes al Siglo de Oro, con recreaciones históricas que devuelven el esplendor de la época.

A poco más de una hora de la capital, existe un enclave con una historia fascinante que pocos conocen. Su origen está marcado por la llegada de un grupo de artesanos especializados, cuyo legado aún perdura en sus calles. Además de su importancia histórica, esta localidad alberga un patrimonio monumental de gran relevancia.

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