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La cueva excavada por el río Sella que es famosa por su cúpula de estalactitas: una de las pocas que puedes recorrer en coche
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UN VIAJE SUBTERRÁNEO

La cueva excavada por el río Sella que es famosa por su cúpula de estalactitas: una de las pocas que puedes recorrer en coche

Durante la visita, se pueden admirar increíbles techos de estalactitas, estalagmitas y coladas, algunas de las cuales tienen nombres tan evocadores como "La lengua del diablo" o "Las barbas de Santiago"

Foto: La Cuevona, en Cuevas del Agua, Asturias. (turismoasturias.com)
La Cuevona, en Cuevas del Agua, Asturias. (turismoasturias.com)

Enclavada en el corazón de Asturias, existe una cueva que no solo alberga galerías subterráneas ligadas a la oscuridad y el curso del agua del río Sella, sino que es única en España: serpentea por el asfalto. Y es que los que quieran visitar su casco urbano, tendrán que coger el coche y pasar por debajo de la inmensa cúpula de coladas y estalactitas con la sensación de estar atravesando un túnel del tiempo. La sorpresa geológica se encuentra en una aldea asturiana de poco más de 300 habitantes que convierte su gruta y corredor natural en sus principales reclamos turísticos.

Ubicada en la villa rural de Cuevas del Agua, un lugar de la parroquia de Junco, perteneciente al concejo asturiano de Ribadesella, es un viaje a través del tiempo y la naturaleza. Este impresionante refugio subterráneo excavado en la roca se extiende a lo largo de casi 300 metros, ofreciendo un espectáculo visual de formaciones geológicas que parecen susurrar secretos de épocas remotas. El acceso principal del pueblo se realiza por esta cueva, acompañada por el sonido del arroyo adyacente y la belleza del entorno: mullidas praderas, paredes de escalada y sendas mágicas.

Foto: Imagen del vídeo en Covadonga (@desdeasturias)

Al atravesar su oscuro umbral, los visitantes son recibidos por un impresionante laberinto de estalactitas y formaciones cristalinas que brillan con una luz tenue, creando un ambiente casi mágico. Al recorrer cada uno de sus recovecos se pueden apreciar diferentes tipos de precipitación de la piedra caliza: columnas, estalagmitas y coladas. Es una de las pocas cuevas de España que se pueden atravesar por carretera. Un cartel situado a la entrada del túnel recomienda llevar ropa reflectante, especialmente a los peatones que decidan realizar la ruta a pie.

Un "túnel" natural que puedes atravesar en coche

La Cuevona es un aula viva que permite que los más pequeños su primera gran exploración subterránea. Sus caprichosas formaciones calcáreas ofrecen un entorno único donde los estudiantes, guiados por sus profesores, pueden aproximarse a un medio a menudo inexplorado. Acompañados de sus familias, pueden imaginar todo un mundo de fantasía oculto en su interior: quizás sueñan con cruzarse con un oso amigable o una bruja hechicera.

La cueva se divide en distintas zonas, cada una revelando su propia vida: desde los límites bañados por la luz hasta la oscuridad total, y desde el mundo terrestre hasta el acuático. Mientras los murciélagos sobrevuelan sobre sus cabezas, los niños tienen la oportunidad de catalogar diversas especies de algas, hongos, líquenes, musgos y helechos, observando cómo su presencia varía en función de la luminosidad.

La pequeña aldea de Cuevas del Agua capta la esencia montañesa de esta zona rural de Asturias. Una hilera de hórreos da la bienvenida a los visitantes entre verdes praderas y el constante discurrir del río Sella y los arroyos colindantes. En esta aldea se construyó en 1905 una central eléctrica que servía de suministro a Ribadesella.

Al recorrer sus calles, te encontrarás con las casas con fachadas de colores, una coqueta ermita dedicada a Santiago, un aula-albergue de la naturaleza que ofrece un vistazo a la fauna y flora de la región y la Ruta de los Molinos. Los visitantes conocerán los que todavía hay en pie en esta villa, algunos de ellos en avanzado estado de ruina a través de caseríos como el de Tresmonte.

Enclavada en el corazón de Asturias, existe una cueva que no solo alberga galerías subterráneas ligadas a la oscuridad y el curso del agua del río Sella, sino que es única en España: serpentea por el asfalto. Y es que los que quieran visitar su casco urbano, tendrán que coger el coche y pasar por debajo de la inmensa cúpula de coladas y estalactitas con la sensación de estar atravesando un túnel del tiempo. La sorpresa geológica se encuentra en una aldea asturiana de poco más de 300 habitantes que convierte su gruta y corredor natural en sus principales reclamos turísticos.

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