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El tesoro natural de Navarra que enamora a 'National Geographic': un bosque encantado en el que duerme el Yeti
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REINO DEL BASAJAUN

El tesoro natural de Navarra que enamora a 'National Geographic': un bosque encantado en el que duerme el Yeti

La mayor parte del bosque se despliega en el valle de Salazar, donde el pueblo de Ochagavía se erige como el corazón de la zona. Es el punto de encuentro para quienes buscan explorar las maravillas naturales que lo rodean

Foto: La selva de Irati es un paraíso verde de abetos y hayas (iStock)
La selva de Irati es un paraíso verde de abetos y hayas (iStock)

La Selva de Irati, ubicada entre el norte de Navarra y los Pirineos Atlánticos, se ha consolidado como uno de los destinos más fascinantes de Europa. Este vasto hayedo-abetal, el segundo más grande del continente tras la Selva Negra en Alemania, se extiende sus 17.000 hectáreas entre frondosos paisajes de hayas, robles, abetos y sauces. Su denso manto de musgo y helechos crea una atmósfera mágica que, según las leyendas, esconde seres míticos como el Basajaun, conocido como el "señor de los bosques".

Aunque la Selva de Irati despliega su belleza en cualquier estación del año, el invierno transforma este paraíso en un espectáculo único. Cubierto de escarcha y nieve, el bosque parece sacado de un cuento de hadas, atrayendo tanto a senderistas como fotógrafos en busca de paisajes inigualables. National Geographic no ha dudado en incluir este rincón navarro entre sus recomendaciones, destacando su rica biodiversidad y su papel como Zona de Especial Protección de Avifauna.

Foto:  La Iglesia de Santa María de Eunate. (Turismo de Navarra)

Entre las especies que habitan la selva destacan el ciervo, el tejón, la nutria y el águila real, así como aves singulares como el pico dorsiblanco. La riqueza de su fauna y flora subraya la importancia de preservar este enclave natural, convertido en un símbolo de la armonía entre el hombre y la naturaleza.

Leyendas y seres mitológicos entre hojarasca

El encanto de la Selva de Irati no se limita a su valor ecológico. Las historias populares añaden un halo de misterio, siendo el Basajaun, el Yeti vasco, una de las figuras más emblemáticas de la mitología vasco-navarra. Este guardián del bosque, descrito como un gigante cubierto de pelo, protege los parajes naturales y avisa a los pastores de los peligros que acechan a sus rebaños. A su lado, Basandere, su compañera, encarna el conocimiento ancestral de las plantas medicinales.

Las leyendas, transmitidas de generación en generación, también hablan de objetos mágicos y persecuciones que aún resuenan en la memoria colectiva. Cada rincón del bosque parece guardar un secreto, convirtiendo cada visita en una experiencia cargada de simbolismo y conexión con la naturaleza.

El acceso a la Selva de Irati es sencillo desde localidades como Ochagavía u Orbaitzeta, que ofrecen rutas señalizadas para explorar el bosque sin dañar su frágil ecosistema. La combinación de senderos bien cuidados y vistas impresionantes hace de este lugar un destino ideal tanto para expertos montañeros como para familias que buscan un día de desconexión en plena naturaleza.

Con su mezcla de historia, biodiversidad y mitología, la Selva de Irati no solo ha conquistado a National Geographic, sino que también se ha ganado un lugar destacado en el corazón de quienes la visitan. Este invierno, el bosque invita a sumergirse en su atmósfera mágica, dejando que su silencio y su belleza nos reconecten con lo esencial.

En el vasto bosque de Irati, donde la naturaleza florece y las tradiciones perduran, los valles de Salazar, Aezkoa, Garazi y Zuberoa ofrecen un refugio perfecto para quienes buscan explorar su belleza. Desde el encantador pueblo de Ochagavía hasta los paisajes que rodean cada comunidad, este rincón del Pirineo se convierte en un destino mágico donde la historia y la naturaleza se entrelazan

La Selva de Irati, ubicada entre el norte de Navarra y los Pirineos Atlánticos, se ha consolidado como uno de los destinos más fascinantes de Europa. Este vasto hayedo-abetal, el segundo más grande del continente tras la Selva Negra en Alemania, se extiende sus 17.000 hectáreas entre frondosos paisajes de hayas, robles, abetos y sauces. Su denso manto de musgo y helechos crea una atmósfera mágica que, según las leyendas, esconde seres míticos como el Basajaun, conocido como el "señor de los bosques".

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