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El idílico pueblo del Pirineo aragonés para hacer una escapada en invierno: está dentro de un parque que es Patrimonio Mundial por la UNESCO
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El idílico pueblo del Pirineo aragonés para hacer una escapada en invierno: está dentro de un parque que es Patrimonio Mundial por la UNESCO

Rodeado por la majestuosidad del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, este pueblo de alta montaña se alza como uno de los destinos más encantadores del Pirineo aragonés

Foto: Imagen de Fanlo, en Huesca, enclavado dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. (Turismo de Observación)
Imagen de Fanlo, en Huesca, enclavado dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. (Turismo de Observación)

Fanlo, un rincón único en el corazón del Pirineo aragonés, se posiciona como uno de los destinos más especiales para una escapada invernal. Rodeado por la majestuosidad del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, este pequeño municipio ofrece una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza, el senderismo y la historia.

Ubicado en el Valle de Vió, Fanlo se encuentra a la entrada de enclaves emblemáticos como el cañón de Añisclo, un desfiladero esculpido por el río Bellós que fascina por su belleza: es una de las gargantas fluviales más impactantes de España. Este entorno privilegiado permite descubrir paisajes únicos, ideales para actividades al aire libre durante todo el año, desde rutas de senderismo entre frondosos bosques hasta el esquí de fondo en los meses de invierno.

Foto: Imagen del Monasterio de Piedra, en Nuévalos, en Zaragoza. (Patrimonio Cultural de Aragón)

Fanlo no solo destaca por su riqueza natural, sino también por su legado histórico. Durante la Edad Media, la zona adquirió relevancia estratégica, y en el siglo XVI se construyeron las casas torreadas, emblema de la arquitectura de alta montaña. Ejemplos destacados incluyen la Casa del Señor de Fanlo y la Casa Arruba, ambas reflejo del carácter defensivo de la época, con torreones que evocan un pasado de fortificaciones y nobleza.

Aventura y desconexión en el Pirineo aragonés

El patrimonio religioso también tiene un lugar especial en este municipio. La iglesia de los Santos Reyes es una joya arquitectónica que guarda un retablo policromado del siglo XVII. A poca distancia, la ermita de San Úrbez, situada a la entrada del cañón de Añisclo, es conocida por sus misteriosas pinturas murales que, según los expertos, podrían datar de los siglos VIII al XII.

Fanlo es un refugio perfecto para quienes buscan desconectar y reconectar con la naturaleza. Los alrededores albergan pueblos abandonados que invitan a recorrer la memoria rural de la región, como Nerín, cuya iglesia románica de San Andrés se erige como testimonio del esplendor medieval. Además, Nerín se convierte en invierno en un punto estratégico para explorar rutas de esquí de fondo en paisajes nevados de ensueño.

Este destino combina la tranquilidad de un pueblo de montaña con una oferta variada de actividades al aire libre, desde la observación de aves hasta la fotografía de su flora y fauna únicas. Su ubicación en un parque natural protegido garantiza que cada visita sea una inmersión total en un ecosistema de gran valor ambiental.

La vinoteca Nido del Búho destaca como un verdadero tesoro gastronómico, galardonado con un Solete de la Guía Repsol. Este acogedor bar, ubicado en el corazón del Pirineo oscense, ofrece una experiencia culinaria que celebra los sabores auténticos de la región.

Su menú, elaborado con ingredientes frescos y de temporada, refleja la rica tradición gastronómica del Pirineo oscense, combinando creatividad y respeto por los productos locales. Desde sus tapas hasta sus cervezas artesanales (todas de barril), cada plato está diseñado para deleitar los sentidos de sus clientes.

Fanlo, con su encanto atemporal y su entorno de montaña, invita a descubrir uno de los tesoros mejor guardados del Pirineo aragonés, un destino donde la naturaleza, la historia y el patrimonio convergen en una experiencia inolvidable. Las rutas de senderismo que serpentean por la zona invitan a la aventura y a la contemplación, mientras que la calidez de su gente añade un toque especial a la experiencia. Sin duda, esta villa de alta montaña es un destino que enamora y deja una huella imborrable en el corazón de quienes lo visitan.

Fanlo, un rincón único en el corazón del Pirineo aragonés, se posiciona como uno de los destinos más especiales para una escapada invernal. Rodeado por la majestuosidad del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, este pequeño municipio ofrece una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza, el senderismo y la historia.

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