Un spa en un monasterio: la escapada perfecta para un fin de semana a 2 horas de Madrid

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Las mentes pensantes tras las ofertas de ocio afinan su creatividad de maneras imprevistas por los usuarios, que asisten con sorpresa a las propuestas cada vez más depuradas con las que se pretenden satisfacer sus exigentes demandas. Estos conceptos novedosos han cristalizado en ideas rompedoras como disfrutar del firmamento desde el confort de un hotel burbuja o dormir en el corazón del bosque a lomos de suntuosas cabañas construidas en árboles.

El último grito, o eso parece avalar el gran número de madrileños que ya comienzan a ser asiduos de este nuevo concepto, no es ni más ni menos que el resultado de dos ideas que a priori parecen resultar algo contrarias: un spa y un monasterio. Y es que los muros del Monasterio de Valbuena, construcción cisterciense del siglo XII, esconden un pequeño oasis en el que desconectar del mundanal ruido al mismo tiempo que se respira un poco de historia.

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Irene Hdez. Velasco

Un spa que en su día acogió a monjes procedentes de Francia y que en la actualidad se ha resignificado como un remanso de paz para los más exigentes, pasando a denominarse Castilla Termal Monasterio Valbuena, donde concluyen siglos de historia, cultura, y una idea pionera, todo ello en el marco incomparable de los viñedos regados por el río Duero.

Un remanso de paz en pleno corazón de la provincia de Valladolid donde los visitantes podrán disfrutar de las comodidades de un hotel con spa de cinco estrellas mientras se dejan seducir por una atmósfera con un fuerte aroma a la Edad Media. Declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional y Bien de Interés Cultural en 1931, el lugar es la punta del iceberg de un tiempo extinto, que todavía conserva su esplendor arquitectónico.

La Fundación de Las Edades del Hombre restauró este antiguo monasterio, transformándolo en un hotel único que combina historia y confort. Su zona termal, de más de 2.000 m², ofrece aguas minerales con propiedades medicinales que benefician la salud y reducen el estrés.

Incluye piscinas interiores y exteriores, jacuzzis, camas de masaje y tratamientos como masajes con sal y uva o exfoliaciones corporales. Además, destaca la experiencia de bañarse en la Capilla de San Pedro, un espacio singular con ecos de agua, luces tenues y frescos en las paredes. Una delicia para los sentidos a poco más de dos horas de Madrid.