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Las "Cataratas del Niágara españolas": con un mirador no apto para personas con vértigo y una impresionante cascada de más de 50 metros de altura
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NUBE DE VAPOR

Las "Cataratas del Niágara españolas": con un mirador no apto para personas con vértigo y una impresionante cascada de más de 50 metros de altura

Su belleza no solo ha cautivado a los turistas españoles, sino también a los publicistas japoneses que en 2020 se desplazaron a este rincón salmantino para grabar un anuncio de una marca de agua mineral

Foto: Cascada del Pozo de los Humos, en Salamanca, como parte del sendero de los Arribes del Duero. (iStock)
Cascada del Pozo de los Humos, en Salamanca, como parte del sendero de los Arribes del Duero. (iStock)

En España, la belleza de los impresionantes saltos de agua transmuta con la crecida de las lluvias, ofreciendo un espectáculo que todos se paran a admirar. Durante los meses de lluvia, cascadas como la de Ézaro, en A Coruña, o la cascada del Nervión, en Álava, se convierten en espectáculos naturales que deslumbran a quienes las visitan. El agua, que fluye con mayor intensidad, crea un estruendoso rugido mientras cae desde lo alto, alimentando un paisaje de una vitalidad inusitada.

Pero, también Castilla y León tiene su propia postal de ensueño. Enmarcado en el Parque Natural de Arribes del Duero, el Pozo de los Humos, en Salamanca, crea una nube de vapor (de ahí viene su nombre) situado en el curso del río de Uces, a su paso por los términos municipales de Masueco y Pereña de la Ribera. El agua cae en una caída de más de 50 metros de altura, dejando a la vista una panorámica más propia de las Cataratas del Niágara que de cualquier sendero español.

Foto: Imagen de la cueva de La Verna, en Sainte-Engrace, en Francia. (TripAdvisor)

"Y en la cascada misma, por donde se despeña bramando, preséntanos una vena compacta, una columna que acaba por parecer sólida. ¡Enorme fuerza la que sin aparato alguno, con la sencillez del coloso, despliega!" Así describió Unamuno la majestuosidad del Pozo de los Humos, reconocido como la octava maravilla natural de España por la revista Traveler. El río Uces, uno de los más imponentes afluentes del Duero, funciona como base de este fenómeno de la naturaleza, que recorre este rincón salmantino.

¿Cuál es la mejor época para admirarlo?

El mejor lugar para disfrutar de esta impresionante cascada es desde uno de sus miradores—eso sí, no apto para los que tienen miedo a las alturas —que ofrece unas vistas únicas del entorno. Este balcón natural se encuentra en el pequeño pueblo de Masueco, situado en el noroeste de Salamanca, haciendo frontera con Portugal.

El Pozo de los Humos alcanza el clímax especialmente en primavera, cuando las lluvias empiezan a ser constantes en la localidad castellanoleonesa. Este pulmón verde constituye un destino ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, que enamorará a quien se acerque a descubrir su potencial, igual que le sucedió a Unamuno, célebre escritor de la Generación del 98, cuando se adentró por primera vez en estos parajes.

Uno de los senderos que lleva hacia la cascada fue bautizado con su nombre, como forma de rendir homenaje a su gran legado literario. El Parque Natural de Arribes del Duero, una de las joyas naturales de Castilla y León, no solo cautiva por su impresionante paisaje, sino también por la experiencia única que ofrece a los visitantes.

Sus aguas, rodeadas de escarpados acantilados, permiten realizar excursiones en barco que permiten adentrarse en la serenidad de sus paisajes fluviales y disfrutar de una perspectiva privilegiada de este paraíso natural. Además, los pueblos cercanos invitan a reponer fuerzas en sus restaurantes, donde es posible degustar los productos típicos de la región, como los quesos de oveja, el hornazo dulce, los guisos de ternera y los vinos de denominación de origen.

La ruta también es accesible desde la Senda de la Robleda, un recorrido de 2,5 kilómetros, en el que los visitantes querrán impregnarse de los colores ocres y dorados de un otoño que ya llega a su fin.

En España, la belleza de los impresionantes saltos de agua transmuta con la crecida de las lluvias, ofreciendo un espectáculo que todos se paran a admirar. Durante los meses de lluvia, cascadas como la de Ézaro, en A Coruña, o la cascada del Nervión, en Álava, se convierten en espectáculos naturales que deslumbran a quienes las visitan. El agua, que fluye con mayor intensidad, crea un estruendoso rugido mientras cae desde lo alto, alimentando un paisaje de una vitalidad inusitada.

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