El tren centenario que atraviesa Taiwán y pasa por 77 túneles de madera, 55 puentes y un bosque a 2.000 metros de altura
El turismo en tren vive un auge global, con rutas emblemáticas como el Ferrocarril Forestal de Alishan en Taiwán, que combina historia, paisajes únicos y una experiencia inolvidable entre túneles y bosques elevados
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- El espectacular puente sostenido por 'las manos de Dios', con vistas panorámicas y no apto para gente con vértigo
- El puente más largo del mundo con suelo de cristal está en Vietnam
El renacer del turismo ferroviario ha llamado la atención de los amantes de los viajes, quienes encuentran en este medio de transporte una experiencia única para recorrer paisajes inolvidables. Desde el lujoso Norient Express, emblema de la sofisticación, hasta el pintoresco Tren Amarillo de los Pirineos, los trenes no solo conectan destinos, sino que ofrecen la oportunidad de disfrutar de trayectos que se convierten en el verdadero atractivo del viaje. A este resurgir se suman joyas como el Dolce Vita Orient Express, que evoca el romanticismo italiano, o el Bernina Express, que surca los Alpes con vistas de postal.
La búsqueda de rutas exóticas y culturales ha llevado a que viajeros de todo el mundo descubran trenes que son verdaderas joyas históricas y naturales. El Ferrocarril Forestal de Alishan, en Taiwán, ha irrumpido con fuerza en esta tendencia gracias a su incomparable recorrido. Este tren centenario, desconocido para muchos hasta hace poco, está redefiniendo el concepto de turismo ferroviario con su singular combinación de historia y naturaleza.
Conocido como el Ferrocarril Forestal de Alishan, este tren taiwanés recorre un itinerario único que atraviesa 77 túneles de madera y 55 puentes, serpenteando por montañas a más de 2.000 metros de altitud. Su origen se remonta a la ocupación japonesa, cuando fue diseñado para transportar madera, pero su transformación en una atracción turística lo ha llevado a ocupar un lugar destacado entre los trenes más impresionantes del mundo.
El Ferrocarril Forestal de Alishan conecta la ciudad de Chiayi con Zhaoping a lo largo de 71 kilómetros que ofrecen una experiencia inolvidable. Construido en 1912, este ferrocarril de vía estrecha es el más alto de Asia y asciende desde los 30 metros sobre el nivel del mar hasta los 2.216 metros, atravesando parajes de una diversidad paisajística incomparable.
El viaje comienza en terrenos planos, pero pronto inicia un ascenso que serpentea entre montañas, pasando por túneles y puentes de madera diseñados con maestría para adaptarse al terreno accidentado. El trayecto es una obra de ingeniería que combina tramos en zigzag con vistas espectaculares, donde los densos bosques de Alishan se entremezclan con amplias panorámicas de las llanuras. El clímax del recorrido se alcanza al adentrarse en el bosque de cipreses, hogar de árboles centenarios que convierten el trayecto en una experiencia sensorial única.
Originalmente, este tren se utilizaba para transportar cipreses y madera taiwania, pero la prohibición de la tala de estos árboles marcó su transición hacia el turismo. Hoy, renovado y con vagones que conservan la esencia del pasado, el Ferrocarril Forestal de Alishan no solo ofrece un recorrido, sino una inmersión en la historia y la cultura taiwanesa. Sus líneas secundarias, como la que lleva al mirador de Chushan, donde se puede contemplar el amanecer sobre el monte Jade, amplían aún más las posibilidades para los visitantes, consolidándolo como una de las experiencias ferroviarias más completas del mundo.
- El espectacular puente sostenido por 'las manos de Dios', con vistas panorámicas y no apto para gente con vértigo
- El puente más largo del mundo con suelo de cristal está en Vietnam
El renacer del turismo ferroviario ha llamado la atención de los amantes de los viajes, quienes encuentran en este medio de transporte una experiencia única para recorrer paisajes inolvidables. Desde el lujoso Norient Express, emblema de la sofisticación, hasta el pintoresco Tren Amarillo de los Pirineos, los trenes no solo conectan destinos, sino que ofrecen la oportunidad de disfrutar de trayectos que se convierten en el verdadero atractivo del viaje. A este resurgir se suman joyas como el Dolce Vita Orient Express, que evoca el romanticismo italiano, o el Bernina Express, que surca los Alpes con vistas de postal.