El curioso pueblo español que está especializado en servir cocidos maragatos: "A la inversa"
Cada día, especialmente en fin de semana, esta pequeña localidad atrapa a turistas y locales dentro de uno de los platos más curiosos de nuestra gastronomía
En el corazón de la provincia de León, Castrillo de los Polvazares se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la gastronomía tradicional española. Este pintoresco pueblo de calles empedradas y casas arrieras es famoso no solo por su arquitectura declarada Conjunto Histórico-Artístico, sino por una peculiar especialidad culinaria: el cocido maragato. Lo curioso de este plato es que, a diferencia de otros cocidos, se sirve "a la inversa", comenzando por la carne y terminando con la sopa.
El cocido maragato tiene su origen en la antigua profesión de los arrieros de la comarca de Maragatería, quienes transportaban mercancías entre el interior de España y la costa gallega. Según los expertos, esta forma de servirlo surge de la costumbre de los arrieros de consumir primero las carnes frías, que llevaban en una fiambrera de madera, para luego pedir una sopa caliente. Así, hoy en día, la tradición se mantiene en Castrillo y otros pueblos de la zona, donde el cocido sigue la misma secuencia: primero las carnes (morcillo, costilla de cerdo, lacón, y otros embutidos), después los garbanzos y el repollo, y al final, la sopa de fideos.
@angelica_sandiego La primera vez que como cocido maragato y mi veredicto vs el cocido madrileño lo tenéis en el vídeo. El pueblo se llama Castrillo de los Polvazares y el restaurante Entrepiedras. #cocido #cocidomaragato #cocidoleon #cocidoleones #comidadecuchara #cocidomadrileño #comidademimadre #comida #tiktokfoodie #foodie #comidacasera ♬ In the Mood - Glenn Miller
La popularidad de este plato ha llevado a que los restaurantes de Castrillo de los Polvazares concentren gran parte de la actividad diurna del pueblo. Como bien comenta la tiktoker Angélica Sandiego en un vídeo que se ha vuelto viral, Castrillo es un lugar que “prácticamente solo tiene vida durante el día”, cuando los comensales llegan atraídos por la curiosidad de probar el cocido maragato. Sandiego, de origen madrileño, comparte que para ella, acostumbrada a un cocido madrileño más tradicional, la experiencia de comer el cocido “a la inversa” fue peculiar, aunque destacó que la calidad de las carnes era “buenísima”.
El cocido maragato es mucho más que un plato de cuchara; representa la identidad cultural y el patrimonio gastronómico de esta zona de León. Los ingredientes son seleccionados cuidadosamente, incluyendo los garbanzos del tipo Pico Pardal, famosos por su sabor y textura. Además de las carnes de cerdo, este cocido lleva tocino, oreja y panceta, acompañados de repollo y patatas. La sopa de fideos, servida al final, cierra el ciclo de un menú que es toda una experiencia culinaria.
Este pueblo convierte cada comida en una ventana al pasado, donde tradición y sabor se encuentran
Para quienes visitan Castrillo de los Polvazares, el menú suele incluir también postres tradicionales como las natillas, y algunos restaurantes ofrecen café de puchero, lo que añade un toque aún más auténtico a la experiencia. Según explica Sandiego, el precio aproximado de este festín ronda los 52 euros para dos personas. Este detalle, junto con la abundancia de los platos, asegura que los visitantes terminen satisfechos y sin necesidad de cenar.
Castrillo de los Polvazares es un destino perfecto para los curiosos que buscan probar sabores auténticos en un entorno histórico. Este pueblo no solo preserva el legado de los arrieros maragatos, sino que convierte cada comida en una ventana al pasado, donde tradición y sabor se encuentran.
En el corazón de la provincia de León, Castrillo de los Polvazares se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la gastronomía tradicional española. Este pintoresco pueblo de calles empedradas y casas arrieras es famoso no solo por su arquitectura declarada Conjunto Histórico-Artístico, sino por una peculiar especialidad culinaria: el cocido maragato. Lo curioso de este plato es que, a diferencia de otros cocidos, se sirve "a la inversa", comenzando por la carne y terminando con la sopa.