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El pueblo más pequeño de Burgos que cambió su nombre tras un incendio devastador: solo tiene 10 habitantes
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El pueblo más pequeño de Burgos que cambió su nombre tras un incendio devastador: solo tiene 10 habitantes

Situado al sureste de la capital burgalesa, en la comarca de la Sierra de la Demanda, este pintoresco municipio fue antaño una villa de insignes hidalgos y zona itinerante de trashumancia

Foto: Jaramillo de los Caballeros es la antigua denominación de este pueblo burgalés asolado por un incendio hace unos 500 años. (Shutterstock)
Jaramillo de los Caballeros es la antigua denominación de este pueblo burgalés asolado por un incendio hace unos 500 años. (Shutterstock)

A casi 1.000 metros de altitud, en el corazón de la Sierra de la Demanda, se sitúa una pequeña aldea que emerge después de una curva. La villa alberga un rico patrimonio histórico que es visible en sus casas de tejados rojos, su iglesia gótica dedicada a San Martín de Tours y la Vía Verde, donde los senderistas pueden disfrutar de un agradable paseo siguiendo el curso del río Arlazón entre pinares y hayedos.

Jaramillo de los Caballeros, hoy conocido como Jaramillo Quemado, lleva sobre sus hombros la cicatriz de un fatídico incendio ocurrido hace cinco siglos, que marcó su nombre y su destino. Con apenas diez habitantes en el censo, este pequeño pueblo de Burgos sigue siendo el más pequeño de la provincia, pero su belleza y encanto no han desaparecido con el tiempo.

Foto: Foto: iStock.

Aunque en los años 70 llegaron a ser casi 200 habitantes, hoy son solo unos pocos los que residen de forma permanente en las casas dispersas que adornan el paisaje. Su magia reside en su autenticidad, sus calles empedradas, su romería que se celebra cada primer domingo de julio y asciende hasta la ermita de Valpeñoso o el peculiar Roble de la Verruga que despunta en una dehesa cercana. Este pueblo cobra vida en verano, cuando los escasos alojamientos turísticos con los que cuenta se llenan de visitantes y amantes de la naturaleza.

Una villa en riesgo de desaparecer

En la cima de un montículo se alza la iglesia de San Martín de Tours, cuya torre es un testimonio del siglo X, aunque el resto de la estructura, de estilo gótico, data del XVI. Aunque este pueblo está en riesgo de extinción, todavía hoy custodia lugares mágicos como la Cueva de los Moros, donde se ubica una iglesia rupestre excavada en la roca con un tragaluz natural.

Antiguamente, la villa fue cobijo de ilustres hidalgos y cuna de pastores y ovejas. Jaramillo Quemado está dividida en tres barrios: Gallejones, Cascajo y La Calle, donde asoman casas blasonadas de teja roja con balcones de madera e inscripciones que hablan de su pasado noble.

La historia de esta villa se remonta al siglo XI, en plena Edad Media. Los primeros documentos históricos mencionan la localidad vinculada con el alfoz de Lara, el antiguo conglomerado de comunidades burgalesas, ubicadas en la cuenca alta del río Arlanza. Uno de los puntos de interés de Jaramillo Quemado es la Iglesia de San Miguel Arcángel, ejemplo destacado del románico rural burgalés.

La cercanía al Camino de Santiago desempeñó un papel clave en el desarrollo de la región, ya que miles de peregrinos transitaban por ella en su ruta hacia Compostela. El flujo constante de viajeros convirtió a las localidades colindantes en puntos habituales de descanso, impulsando a la vez el comercio y la devoción religiosa. Jaramillo Quemado fue una zona de paso de la trashumancia rodeada por un frondoso bosque de roble rebollo, donde abundan los gatos monteses y los tejones, además del ya casi extinto lobo ibérico que encuentra en la zona uno de sus últimos refugios.

A casi 1.000 metros de altitud, en el corazón de la Sierra de la Demanda, se sitúa una pequeña aldea que emerge después de una curva. La villa alberga un rico patrimonio histórico que es visible en sus casas de tejados rojos, su iglesia gótica dedicada a San Martín de Tours y la Vía Verde, donde los senderistas pueden disfrutar de un agradable paseo siguiendo el curso del río Arlazón entre pinares y hayedos.

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