Un recorrido por los bosques más impresionantes de Navarra y que recomienda 'National Geographic': no sólo hay belleza en Irati

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Navarra, con su riqueza natural, histórica y cultural, ofrece experiencias que van mucho más allá de la emblemática Selva de Irati. Así lo destacan desde National Geographic, que ha incluido otros seis parajes que no solo rivalizan en belleza, sino que también capturan la esencia mística y la biodiversidad de la región. Desde el Kintoa, también conocido como Quinto Real, hasta el pequeño, pero impactante Bosque de Orgi, estos enclaves prometen una experiencia envolvente para los amantes de la naturaleza.

El bosque de Quinto Real o Kintoa despliega una alfombra de hayas que recorre los valles de Erro y Baztán, extendiéndose hasta Luzaide-Valcarlos. Aquí, las hayas, protagonistas absolutas, se levantan en un escenario natural que recuerda a una asamblea de gigantes verdes. Los montes Adi e Iturrumburu albergan el corazón de este bosque, donde el hayedo de Odia y las ruinas de la antigua fábrica de armas de Eugi añaden un toque de misterio a este espacio.

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El Confidencial

El Señorío de Bertiz, que se extiende por más de 2.000 hectáreas, es un parque natural con un paisaje diverso donde predominan los hayedos y robledales, adornado con especies vegetales de todo el mundo en los jardines de la antigua casona. Situado cerca del río Bidasoa y el pueblo de Oronoz-Mugairi, ofrece rutas para disfrutar de la naturaleza y el patrimonio histórico de Navarra en un entorno excepcionalmente conservado.

Una ruta por los bosques navarros

El Bosque de Realengo se caracteriza por su denso arbolado de hayas, robles, castaños y tilos, que cubre las montañas y se extiende hasta el valle de Sakana. Con un paisaje que se adapta a la altitud y la humedad, este bosque es perfecto para quienes buscan una inmersión en la naturaleza, especialmente al cruzar el santuario de San Miguel, donde se percibe una conexión única con el entorno.

El Parque Natural de Urbasa es conocido por su altiplanicie de más de 13.000 hectáreas, donde las hayas se expanden en un paisaje casi mágico. Desde el famoso Balcón de Pilatos, las vistas revelan un vasto horizonte que combina montañas y bosques, invitando a los visitantes a perderse entre los senderos cubiertos de hojarasca y los claros aislados.

El Bosque de Orgi es un pequeño pero significativo robledal de 80 hectáreas en el valle de Ultzama, ideal para visitar en familia. Su importancia ecológica y su diseño accesible lo han convertido en un espacio de divulgación y educación ambiental. Este bosque cuenta con senderos sencillos y accesibles, lo que permite disfrutar de su diversidad en cualquier época del año.

En Leitzalarrea, un bosque mixto de hayas y robles al norte de Leitza, la conexión con la naturaleza se siente en cada paso. Este enclave esconde secretos históricos y legendarios, donde antiguos abetos y robles conviven con dólmenes y menhires. Los senderos de este bosque invitan a explorar un entorno donde la historia y la naturaleza se entrelazan, ofreciendo una experiencia única para los visitantes.

Navarra se revela así como un destino donde la naturaleza va más allá de Irati, ofreciendo a quienes la visitan un mosaico de paisajes, especies y tradiciones en cada bosque. Cada rincón tiene su propio carácter, invitando a la exploración y al redescubrimiento de una tierra rica en diversidad y encanto ancestral.