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Los 3 rincones más mágicos de la Costa Quebrada, declarada recientemente Geoparque Mundial de la UNESCO
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CUEVAS Y ARENALES INFINITOS

Los 3 rincones más mágicos de la Costa Quebrada, declarada recientemente Geoparque Mundial de la UNESCO

Ubicada en el litoral norte de Cantabria, es uno de los tramos más bellos y salvajes de la costa española, donde los acantilados escarpados en la roca se funden con tesoros geológicos de gran belleza

Foto: Vista de un fuerte oleaje en la Costa Quebrada, en la localidad cántabra de Liencres. (EFE)
Vista de un fuerte oleaje en la Costa Quebrada, en la localidad cántabra de Liencres. (EFE)

En la Costa Quebrada, el mar y la tierra se abrazan en un eterno susurro de olas y vientos, en ocasiones huracanados, creando un paisaje que parece un cuadro pintado por el tiempo mismo. Los acantilados polimórficos son los guardianes ancestrales de un parque natural que se extiende 20 kilómetros por el litoral cántabro y esconde uno de los mayores tesoros geológicos de la región.

Las playas cristalinas invitan a los viajeros a perderse entre sus arenales infinitos con aroma a sal mientras el cielo se tiñe de tonos naranjas y violetas. Este rincón es uno de los más fotografiados de Cantabria, pues es la única zona de Europa que cuenta con tantos afloramientos costeros y formas erosionadas por el transcurrir del tiempo y el vaivén del oleaje. Y es que para encontrar fuera de nuestras fronteras una variedad geológica de tal riqueza sería necesario recorrer al menos cien kilómetros.

Este tramo de la costa cántabra reproduce su belleza en sus islotes, las calas que emergen entre crestas rocosas, sus dunas formadas por la acción del viento y las cuevas que conforman un preciado catálogo paisajístico donde la geología cobra un papel predominante.

Un tesoro geológico

Los turistas serán los invitados de honor de estas "aulas magnas" naturales que son de visita obligada para entender la evolución de la Tierra Infinita. El reciente reconocimiento de la Costa Quebrada como Geoparque Mundial de la UNESCO no solo resalta su belleza natural, sino también su importancia geológica y cultural. Cada estrato de roca cuenta una historia de millones de años. Hay 3 rincones mágicos en esta zona norte que no puedes pasar por alto:

Playa de la Arnía

Ubicado en el municipio de Piélagos, esta playa es famosa por sus impresionantes rocas puntiagudas que emergen del mar, creando un paisaje de gran belleza. Con su historia geológica de 120 millones de años (es visible en sus acantilados y plataformas de abrasión), La Arnía es un lugar ideal para los amantes de la fotografía.

Aunque puede llenarse en verano, sus vistas, especialmente de los Urros de Liencres al atardecer, son inigualables. En ella encontramos una piscina natural que ha llamado la atención de National Geographic por sus formaciones geológicas que "podrían ser restos de seres mitológicos".

Playa de Covachos


Covachos destaca por su tómbolo, que conecta la playa con el Castro, un islote que parece sacado de una postal, en marea baja. Este rincón que está rodeado por formaciones geológicas que se funden con sus aguas turquesas es perfecto para quienes buscan tranquilidad y una experiencia diferente.

Aunque el acceso es algo complicado, la recompensa es una playa protegida de los vientos y un entorno natural impresionante. En marea alta, los turistas se encontrarán con una playa fantasma, ya que aparece y desaparece por el juego de las mareas.

Cala de Somocuevas

En la cala de Somocuevas, situada en la localidad cántabra de Liencres, el tiempo parece fluir a otro ritmo. Es un pequeño refugio escondido entre acantilados que abrazan el mar, es uno de los rincones más desconocidos de la región. Las aguas cristalinas invitan a sumergirse en un mundo submarino lleno de vida, donde los destellos de colores vibrantes de los peces y las formas curiosas de las rocas crean un espectáculo hipnótico.

Con una máscara y un tubo, los visitantes se convierten en exploradores de un reino oculto, descubriendo la magia que se esconde bajo la superficie. Esta cala se divide en dos áreas: a la izquierda, la zona occidental, más pequeña y rocosa, te invita a explorar sus rincones; a la derecha, la oriental, amplia y arenosa, te ofrece un paisaje de dunas que atrae a nudistas y submarinistas. La suave pendiente de acceso al agua, protegida por una ensenada, permite disfrutar de un oleaje tranquilo, ideal para un refrescante chapuzón.

En la Costa Quebrada, el mar y la tierra se abrazan en un eterno susurro de olas y vientos, en ocasiones huracanados, creando un paisaje que parece un cuadro pintado por el tiempo mismo. Los acantilados polimórficos son los guardianes ancestrales de un parque natural que se extiende 20 kilómetros por el litoral cántabro y esconde uno de los mayores tesoros geológicos de la región.

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