Los pueblos del Pirineo aragonés que debes visitar: la ruta ideal para un fin de semana

• El enclave del Pirineo aragonés que es una auténtica joya para los amantes de la naturaleza y el senderismo
• La ruta de senderismo espectacular que lleva a unos barrancos de hace 100 años y está en Huesca

Los pueblos del Pirineo configuran un lienzo suspendido en el tiempo y, todavía hoy, conservan la impronta de tradiciones que se remontan muchos siglos atrás. La belleza del norte de España lo convierte en un destino ideal para planificar una escapada estos días otoñales y sumergirse, así, en un entorno incomparable salpicado por pueblos de ensueño abrigados por la naturaleza.

A la hora de establecer la hoja de ruta, hemos elegido Aínsa como uno de los destinos más oportunos para abrir boca. En pleno Pirineo de Huesca, nos topamos con esta hermosa villa en la que los restos de su castillo amurallado nos transportan hasta la Edad Media. Situado muy cerca del Parque Nacional de Ordesa y el Parque Natural de los Cañones, este sitio ofrece otros alicientes arquitectónicos como la Colegiata, la Ciudadela, o la iglesia románica de Santa María.

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A 79 Km, y bajo Peña Telera, encontramos un pueblo que mantiene intacto ese encanto característico del Pirineo. Piedrafita de Jaca es un lugar en el que podremos disfrutar de excursiones a enclaves de gran belleza, como el ibón de Piedrafita. Y si vamos con los más pequeños, podremos darnos un paseo por el Parque Faunístico Lacuniacha, a los pies de la Sierra de Partacua, donde se dan cita de numerosas especies en estado de semilibertad como sarrios y osos, todo ello en el marco de una flora diversa.

Sallent de Gállego, situado a tan solo 13 Km, es la tercera etapa de esta ruta, y representa un ejemplo más de esa majestuosidad que nace de la unión de los monumentos históricos con la naturaleza. Un paseo por sus calles, cruzar su puente medieval, o visitar la iglesia gótica del siglo XVI, son algunos de los planes que podremos hacer en este lugar tan encantador. Por si esto fuera poco, el pueblo está situado cerca de la estación de esquí Formigal - Panticosa, la meca nacional para los amantes de este deporte.

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Pueblos de cuento de hadas

A tan solo 3,4 Km, y en pleno corazón del valle de Tena, se encuentra Lanuza, un lugar de ensueño que guarda no pocas similitudes con Hallstatt, el mágico pueblo austríaco que inspiró Frozen. Rodeado de montañas, y con casas de piedra y pizarra, este paisaje idílico sirve para acoger cada verano el Festival Internacional de Pirineos Sur, donde se pueden ver las actuaciones sobre un escenario flotante situado sobre el embalse.

A 8 Km de Lanuza, la ruta nos lleva hasta Panticosa, lugar de peregrinaje de esquiadores y senderistas, que cada año acuden allí para disfrutar de su pista de esquí y de sus majestuosas rutas por el río. Este pintoresco pueblo se encuentra en la confluencia de los ríos Caldarés y Bolática, y destaca, además de por su estación de esquí, por su iglesia de origen románico y su balneario con aguas termales, situado a 1.630 metros de altitud.

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Un lugar estratégico en la II Guerra Mundial

Un poco más lejos, a 64 Km, la ruta concluye en Canfranc–Estación, situado en el municipio de Canfranc, muy cerca de la frontera con Francia. Rodeado por montañas de 3.000 metros, y con una arquitectura de estilo afrancesado, este lugar fue, durante la Segunda Guerra Mundial, un punto estratégico para el paso de oro y obras de arte, así como para permitir la huida de judíos