El sorprendente 'monumento' verde español Patrimonio de la Humanidad que ocupa 500 hectáreas
Este paisaje, con sus complejos sistemas de riego, formado por huertos de palmeras, fue constituido en el siglo VIII d.C
A unos 15 kilómetros de la costa se encuentra la ciudad de Elche, donde en sus calles han sucedido (o no) infinidad de historias inolvidables. La localidad es conocida por la cantidad de leyendas que se cuentan sobre sus habitantes, calles o edificios. Y no, si se habla de misterios no se trata únicamente del drama musical sagrado sobre la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen que se ha representado sin interrupción desde mediados del siglo XV en la Basílica de Santa María; sino también de historias como la que cuenta que el pirata Ben Tragel, temido y conocido por sus saqueos, que terminó encerrado en la Torre de la Calahorra, desde donde veía a la Virgen de la Asunción, la Patrona de Elche; o que la Dama de Elche es la representación de una diosa íbera.
A la ciudad de Elche se la conoce por la Dama, por el Misterio, pero también por el Palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. A diferencia de lo que ocurre con la Dama de Elche, que tendrás que viajar hasta el Museo Arqueológico Nacional de Madrid para verla, el Palmeral se encuentra en el centro de la ciudad y allí seguirá inevitablemente, ya que es imposible transportar los 250.000 ejemplares de palmeras que posee y ocupan unas 500 hectáreas.
El Palmeral de Elche se trata de una gran extensión de palmeras, es el más grande de toda Europa, y todo un ejemplo de paisaje islámico trasladado a España. Este paisaje, con sus complejos sistemas de riego, formado por huertos de palmeras, fue constituido en el siglo VIII d.C.; un momento en el que gran parte de la Península Ibérica estaba bajo la dominación musulmana. Sin embargo, se desconoce si su origen es más antiguo, varios indicios apuntan a ello, concretamente al asentamiento de los fenicios y los romanos en la región; como, por ejemplo, que los dátiles formaban parte de su alimentación (y el principal tipo de palmera que se encuentran allí son las palmeras datileras).
No obstante, se han encontrado huesos de dátiles de mayor antigüedad en la zona, lo que sugiere que puede que la plantación de palmeras sea incluso más remota. Es más, también en algunas cerámicas ibéricas encontradas en el yacimiento arqueológico de la Alcudia (donde se descubrió la Dama de Elche) ya aparecen representadas las palmeras. Lo que sí que está claro es que fueron los árabes los responsables del diseño y funcionalidad del palmeral, tal y como lo conocemos a día de hoy.
Este paisaje natural, pero creado por el hombre y diseñado para conseguir el mayor rendimiento de los recursos hídricos de la zona, se divide en varios espacios y los más conocidos (también visitados) son: el Huerto del Cura (donde destaca la Palmera Imperial), el Parque Municipal, el Huerto de Abajo y el Huerto del Chocolatero. Además, por supuesto, las palmeras son las grandes protagonistas de este Patrimonio de la Humanidad y algunas de ellas tienen más de tres siglos de antigüedad, puesto que una palmera puede vivir hasta 300 años.
¿Por qué es Patrimonio de la Humanidad?
Fue el 30 de noviembre del año 2000 cuando el Palmeral de Elche pasó a ser Patrimonio de la Humanidad y de esta manera garantizarse la preservación de las estructuras de los huertos de palmeras, los sistemas de riego, las viviendas tradicionales...
El palmeral ha encontrado un hueco en la categoría de "paisaje cultural" y el Comité del Patrimonio Mundial para premiarlo con esta etiqueta se fijó en dos criterios de autenticidad que lo hacen poseedor de un "valor universal excepcional".
El primer criterio establece que el palmeral es un ejemplo de intercambio de valores humanos. Esto se refiere a la transferencia cultural en una región y en un periodo determinado. Específicamente, se trata de un paisaje que ha pasado de una cultura a otra, y de un continente a otro, en este caso, del norte de África a Europa.
En segundo lugar, es un ejemplo notable de formas tradicionales de asentamiento humano y de uso del entorno natural, representativo de una o más culturas. En el caso de Elche, estas prácticas tradicionales fueron introducidas en Europa durante el período andalusí y han perdurado hasta nuestros días.
Todo lo que no te puedes perder
Si viajas hasta Elche para conocer el Palmeral, no es esto lo único que te sorprenderá de la ciudad alicantina hasta la que puedes llegar en avión, tren, autobús o coche. La Basílica de Santa María es uno de los imponentes monumentos de la ciudad, un templo barroco famoso por albergar el Misterio de Elche, una representación religiosa que también ha sido reconocida como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Subir a la torre de la basílica te regalará unas vistas inolvidables del Palmeral y la ciudad.
Otras de las paradas obligatorias son el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), el cual te llevará en un viaje a través de la historia de la ciudad, desde la prehistoria hasta la época medieval. Es ideal para aprender más sobre la Dama de Elche; y el Museo de la Festa para aquellos interesados en profundizar en el Misterio de Elche, este museo ofrece una experiencia interactiva con vídeos, objetos y maquetas que te sumergirán en la tradición festiva más querida de la ciudad.
Si vas en coche y te interesa la naturaleza, merece la pena desplazarse hasta el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, que se encuentra a pocos kilómetros de Elche. Este paraíso natural es perfecto para los amantes de la fauna y la naturaleza. Sus lagunas salinas atraen a numerosas especies de aves, incluidos flamencos, que crean un espectáculo visual en su hábitat natural.
Siguiendo con la ruta de naturaleza y mar, a solo 15 minutos de la ciudad, la playa del Carabassí es conocida por sus dunas y aguas cristalinas. Es perfecta para disfrutar de un día de relax en la costa, lejos del bullicio turístico de otras playas.
Por último, en el corazón de Elche se encuentran también el Alcázar de la Señoría y los Baños Árabes, unos restos arqueológicos que son un recordatorio de la influencia islámica en la ciudad. Los Baños Árabes, recientemente restaurados, ofrecen una visión fascinante de la época medieval. Si lo tuyo es la gastronomía, no te pierdas el Mercado Central, un lugar ideal para saborear los productos frescos de la región. Aquí puedes probar las famosas granadas de Elche, embutidos locales y las tradicionales delicias de Elche, una deliciosa combinación de dátiles y bacon.
A unos 15 kilómetros de la costa se encuentra la ciudad de Elche, donde en sus calles han sucedido (o no) infinidad de historias inolvidables. La localidad es conocida por la cantidad de leyendas que se cuentan sobre sus habitantes, calles o edificios. Y no, si se habla de misterios no se trata únicamente del drama musical sagrado sobre la muerte, la asunción y la coronación de la Virgen que se ha representado sin interrupción desde mediados del siglo XV en la Basílica de Santa María; sino también de historias como la que cuenta que el pirata Ben Tragel, temido y conocido por sus saqueos, que terminó encerrado en la Torre de la Calahorra, desde donde veía a la Virgen de la Asunción, la Patrona de Elche; o que la Dama de Elche es la representación de una diosa íbera.