La gruta que se encuentra en España y que es única en el mundo: se esconde tras una cascada
Este rincón natural, famoso por sus impresionantes cascadas y grutas, ofrece un espectáculo único durante los meses de verano, cuando la luz y el agua crean una experiencia visual que deja sin palabras a los visitantes
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Situado en la localidad de Nuévalos (Zaragoza), el Monasterio de Piedra es un auténtico paraíso natural. Este antiguo monasterio cisterciense, fundado en el siglo XIII, sorprende a todos sus visitantes con un entorno de cascadas, lagos y grutas que parecen haber salido de la nada en medio de un paisaje totalmente árido. Su historia se entrelaza con la del río Piedra, cuyas aguas han dado forma a un enclave único lleno de vida y tranquilidad.
El monasterio y su parque-jardín histórico ofrecen un paseo por un escenario de película. Los caminos, rodeados de frondosa vegetación, conducen a espectaculares saltos de agua como la famosa cascada Cola de Caballo. La impresionante caída de 53 metros es uno de los grandes protagonistas del parque, creando a su alrededor un ambiente mágico que invita a la relajación y a la contemplación de la naturaleza en su máximo esplendor.
Además de las cascadas, los visitantes al parque-jardín pueden disfrutar de diversas actividades, como una exhibición de aves rapaces o un recorrido por el Museo del Vino situado en la antigua bodega del monasterio. Este entorno natural, reconocido por su riqueza biológica, fue también pionero en la creación de la primera piscifactoría de España hace más de 150 años.
El Secreto de la Gruta Iris
Sin embargo, la joya oculta del Monasterio de Piedra es la famosa Gruta Iris, un rincón mágico que ofrece una experiencia visual única. Ubicada tras la cascada Cola de Caballo, la gruta recibe su nombre gracias a un fenómeno que solo puede observarse durante los meses de verano. En el momento en el que el sol incide sobre las gotas pulverizadas por la cascada, se forma un impresionante arcoíris en suspensión que da lugar a un espectáculo natural inolvidable.
El acceso a la Gruta Iris es toda una aventura en sí misma. Al adentrarse en su interior, el visitante se encuentra rodeado de estalactitas y musgo, mientras el eco del agua y la frescura del ambiente envuelven la experiencia. Esta gruta fue descubierta en 1860 por Juan Federico Muntadas, quien notó la constante entrada y salida de palomas desde un agujero detrás de la cascada. Su curiosidad lo llevó a desvelar este secreto escondido bajo el río Piedra.
Además de la Gruta Iris, la cascada Cola de Caballo y otras caídas de agua como la Caprichosa o el Baño de Diana completan un recorrido impresionante por la belleza natural del Monasterio de Piedra. Este enclave ha sido fuente de inspiración para numerosas obras de arte, además de ser escenario de rodajes cinematográficos. El parque se puede visitar de lunes a domingo de 09:00 a 20:00 horas, siendo el último acceso a las 18:30 horas. El precio de la entrada de adulto cuesta 18,50€, mientras que las de los mayores de 65 años y los niños entre 4 y 11 años cuestan 13€.
Cómo Llegar al Monasterio de Piedra
Para quienes deseen descubrir este rincón único de España, el Monasterio de Piedra se encuentra a unas dos horas en coche desde Zaragoza. El acceso más habitual es a través de la autovía A-2, tomando las salidas en dirección Nuévalos. También es posible llegar en tren, con parada en la cercana localidad de Calatayud, desde donde se puede continuar el trayecto en coche o autobús.
Durante los meses de verano, cuando el sol incide sobre las gotas pulverizadas por la cascada, se forma un arcoíris en suspensión
La Gruta Iris, junto con la majestuosidad de la Cola de Caballo y el resto de las cascadas del Monasterio de Piedra, es un rincón único en el mundo que no deja indiferente a quienes lo visitan. Una escapada perfecta para los amantes de la naturaleza que buscan una experiencia llena de tranquilidad y asombro.
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Situado en la localidad de Nuévalos (Zaragoza), el Monasterio de Piedra es un auténtico paraíso natural. Este antiguo monasterio cisterciense, fundado en el siglo XIII, sorprende a todos sus visitantes con un entorno de cascadas, lagos y grutas que parecen haber salido de la nada en medio de un paisaje totalmente árido. Su historia se entrelaza con la del río Piedra, cuyas aguas han dado forma a un enclave único lleno de vida y tranquilidad.