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Los 3 rincones más bonitos de la Selva de Irati que no puedes pasar por alto en tu próxima escapada
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ENTRE HAYAS Y ABETOS

Los 3 rincones más bonitos de la Selva de Irati que no puedes pasar por alto en tu próxima escapada

El intenso color de los hayedos de este enclave mágico puede apreciarse durante el otoño mientras las ardillas recorren los árboles y el halcón peregrino alza su vuelo

Foto: Imagen de la Selva de Irati, en Navarra. (iStock)
Imagen de la Selva de Irati, en Navarra. (iStock)

La Selva de Irati, ubicada en el corazón de Navarra, se ha ganado una merecida fama por su impresionante belleza natural. Este inmenso bosque contiene uno de los hayedos mejor conservados de Europa y ofrece una amplia gama de rutas que invitan a perderse entre sus árboles centenarios, ríos cristalinos y montañas escarpadas.

El otoño convierte la Selva de Irati en un escenario de ensueño, teñido de una paleta cromática de naranjas, rojos y marrones. Este fenómeno ocurre por una razón científica: la menor luz solar detiene la producción de clorofila, revelando así el color natural de las hojas. Un momento perfecto para disfrutar de sus paisajes.

Ubicada en los pies del Pirineo, la Selva de Irati es el segundo hayedo-abetal más extenso de Europa, con 17.000 hectáreas de bosques que se extienden entre los valles de Aezkoa y Salazar. Las entradas principales se encuentran en Orbaizeta y Ochagavía, donde se sitúan puntos de información para guiar a los visitantes a través de rutas de senderismo o ciclismo.

Una de las novedades es el sendero interpretativo Erreka-Idorra, un recorrido que permite conocer cómo el bosque ha sido aprovechado históricamente para crear artefactos de madera. Pero si tu objetivo es descubrir lo más especial de este paraíso, hay tres puntos que no te puedes perder: la Cueva de Arpea, Ochagavía y el mirador de Zamariain. Aquí te contamos por qué estos lugares son imprescindibles en tu próxima visita.

Foto: Los vecinos de Narbarte (Navarra) se congregan en el frontón del pueblo. (Cedida)

Cueva de Arpea

Esta peculiar cueva, situada en la frontera entre Navarra y Francia, destaca no solo por su belleza natural, sino también por su curiosa formación geológica. Los pliegues de roca que la rodean parecen olas de piedra, ofreciendo un paisaje único y casi surrealista. Lo que hace especial a esta cueva no solo es su caprichosa estructura en forma de 'pastel de capas', sino su conexión con las antiguas rutas de pastoreo que los pastores locales han seguido durante generaciones.

Caminar hasta la Cueva de Arpea es adentrarse en un rincón remoto, donde la sensación de estar en un lugar sagrado y antiguo se hace palpable. La tranquilidad del entorno y la magia que desprenden sus paredes la convierten en un enclave único para el senderismo y la fotografía.

Ochagavía

Si hay un pueblo que refleja la esencia de la Selva de Irati, ese es Ochagavía. Con su entramado de calles empedradas y casas tradicionales de tejados rojos, esta localidad parece haberse detenido en el tiempo. Situado a las puertas del bosque, es un punto de partida perfecto para recorrer algunas de las rutas más populares de la zona.

Además, su río Anduña, que atraviesa el pueblo, aporta un toque pintoresco, ideal para relajarse después de una caminata por los alrededores. La iglesia de San Juan Evangelista y el puente medieval son solo algunos de los atractivos que hacen de Ochagavía una parada obligada.

Mirador de Zamaríain

Finalmente, si lo que buscas son vistas panorámicas que te dejen sin aliento, el mirador de Zamariáin es tu lugar. Los visitantes pueden contemplar cómo el bosque se despliega en todo su esplendor, especialmente en otoño, cuando los árboles muestran una increíble gama de colores ocres y dorados. Es el lugar perfecto para hacer una parada y absorber la belleza natural de Navarra, cámara en mano.

Desde el mirador, los turistas pueden disfrutar de un atardecer inolvidable o simplemente para detenerte a admirar la grandeza de la naturaleza que te rodea. Además, el acceso es sencillo, lo que lo convierte en una parada accesible para todo tipo de viajeros.

Foto: Fervenza de Brañas (turismo.gal)

Estos tres rincones representan la esencia de la Selva de Irati, una de las reservas naturales mejor conservadas de Europa, y son paradas obligatorias para cualquier viajero que desee adentrarse en la naturaleza salvaje y la tranquilidad de los Pirineos navarros.

La Selva de Irati, ubicada en el corazón de Navarra, se ha ganado una merecida fama por su impresionante belleza natural. Este inmenso bosque contiene uno de los hayedos mejor conservados de Europa y ofrece una amplia gama de rutas que invitan a perderse entre sus árboles centenarios, ríos cristalinos y montañas escarpadas.

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